El Servicio de Seguridad Federal ruso (FSB) ha confirmado este martes que la explosión de una bomba en el interior de la aeronave fue la causa de la caída de un avión Airbus A-321 de una compañía rusa cuando sobrevolaba la península del Sinaí, en Egipto, el pasado 31 de octubre, ha informado la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
El FSB ha confirmado que un artefacto explosivo improvisado estalló en el interior de la aeronave, con lo que se constata que el aparato sufrió un ataque y no cayó por accidente. Las 224 personas que viajaban a bordo de la aeronave perdieron la vida en el siniestro.
Restos de explosivos
El examen de los restos de la aeronave realizado por los investigadores del FSB ha encontrado restos de explosivos, según ha indicado el jefe de este organismo, Alexander Bornikov. El artefacto estaba compuesto por un kilo de dinamita TNT.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha prometido que se hará todo lo necesario para encontrar a los responsables de este ataque terrorista y ha asegurado que todo el peso de la ley caerá sobre sus hombros.
El aparato siniestrado, un Airbus A321 de una compañía aérea rusa, se estrelló minutos después de despegar de la localidad turística egipcia de Sharm el Sheij, con destino a San Petersburgo.
El Estado Islámico reivindicó el atentado
El grupo terrorista Estado Islámico se atribuyó el mismo día del siniestro ser los responsables de la masacre aérea.
A través de un breve mensaje de texto publicado en la red social Twitter, el grupo yihadista reivindicó la autoría del derribo del vuelo KGL9268. "Los soldados del califato han logrado derribar un avión ruso en la provincia del Sinaí", afirmaron.
En un primer instante, sin embargo, tanto Rusia como Egipto rechazaron esta hipótesis que ahora se ha visto confirmada.