Tiene la palabra el abogado defensor de Andreu Viloca, Xavier Melero. “Por lo tanto, no se desprenden aparentes, supuestos o presuntos indicios de financiación ilegal, de lo actuado hasta el momento”. Responde el fiscal anticorrupción: “No son indicios, son pruebas categóricas que confirman la financiación irregular de CDC”.
Ese fue uno de los rifirrafes dialécticos entre las dos partes enfrentadas durante la vista que sirvió para debatir si el tesorero de CDC, Andreu Viloca, debía o no quedar en libertad. El Tribunal de la Audiencia Provincial de Tarragona mantuvo una aparente equidistancia ya que accedió a la libertad del preso por considerar desproporcionada la medida cautelar, pero le fijó una contundente fianza de 250.000 euros al observar “gravedad en los delitos que se le atribuye”.
Nervios en CDC
Viloca abandonó la cárcel previo pago de ese dinero que aportó su partido. En CDC, las muestras de apoyo al tesorero son tan ostensibles como reveladoras. Hay quien piensa que el aparato convergente teme que Viloca flaquee. No lo hizo el ex contable del partido Daniel Osácar, que fue imputado por el caso Palau, aunque es cierto que no llegó a ingresar en prisión preventiva por aquella causa. Sin embargo, Viloca conoce cómo son las celdas de una cárcel.
Según fuentes penitenciarias, estos días en prisión han sumido al tesorero en una profunda depresión. Eso trascendió y encendió las alarmas en CDC.
Los temores del aparato de CDC alcanzan también a otro de los suyos: Jordi Rosell, directivo de GISA, imputado en esta causa, contra el que la fiscalía pidió prisión y que el juez de El Vendrell, dejó con cargos pero en libertad.
Rosell casi canta
Según han asegurado a esta redacción fuentes de la guardia civil, mientras estuvo detenido en la comandancia, Rosell estuvo a punto de tirar de la manta. No se sabe muy bien para decir exactamente qué, pero mostró su determinación de explicar algo directamente vinculado a la causa. La visita de su abogado en los calabozos y tras media hora de reunión en solitario cerró la boca al detenido. Rosell decidió no declarar ni allí, ni luego ante el juez.
No obstante, la fiscalía sigue teniendo en su punto de mira al directivo de infraestructuras de la Generalitat, a quien, recordemos, se le encontró un maletín con documentación sensible y más de 80.000 euros de procedencia justificada.
Gisa, sólo un eslabón
Rosell dirige el punto de mira de la investigación hacia el consejero de Justicia en funciones, Germà Gordó, a quien se considera su valedor y protector, y que ya se encargaba de la gestión del partido antes de entrar en el Gobierno.
Fuentes judiciales han comentado a Crónica Global que los primeros indicios apuntan que Viloca no es la X del 3%. Tampoco, añaden, el presidente en funciones, Artur Mas. La X se encuentra a mitad de camino.