La CUP ha informado este miércoles a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que no votará a favor de Artur Mas en la primera sesión de investidura, el próximo lunes, 9 de noviembre. Esta decisión, ya esperada, no significa en absoluto que la formación cupaire no vaya a posibilitar que Mas vuelva a ser investido president en una posterior sesión. De hecho, ambas partes ultiman un pacto para que el líder de CDC se convierta en un presidente sin atribuciones ejecutivas, como informó en exclusiva Crónica Global.
El anuncio lo ha hecho el cabeza de lista cupaire en las recientes elecciones autonómicas, Antonio Baños, que se ha reunido con Forcadell junto a la número dos de la lista del partido anticapitalista, Anna Gabriel, dentro de la ronda de contactos de la presidenta del Parlament previa al pleno de investidura.
Nombres de "consenso"
"Queremos nombres de consenso que puedan dar la sensación de que se ha pasado una pantalla y no seguir con nombres del pasado", ha explicado Baños a la prensa, tras la reunión con Forcadell. "Entre votar a Mas y descarrilar el proceso hay un amplio espacio político en el que las soluciones son favorables para todos", ha añadido.
Pese a estas declaraciones –y sin olvidar el plural de sus "nombres de consenso"–, lo cierto es que la CUP está negociando con Junts pel sí que Mas repita como presidente de la Generalitat. El organigrama que está en debate plantea que Mas se convierta en un presidente con un marcado perfil institucional sin atribuciones ejecutivas. Según este esquema, el verdadero poder del futuro Govern se repartiría entre tres vicepresidencias, a cargo del líder de ERC, Oriol Junqueras, el cabeza de lista de Junts pel sí, Raül Romeva, y la consejera de Bienestar Social y Familia, Neus Munté.
El presidente "florero"
Preguntado por si la CUP contempla un presidente florero, Baños se ha salido por la tangente con una broma: "Tener a un florero de presidente no está en nuestros planes".
A la vez, Baños ha explicado que su partido quiere a un President capaz de "impulsar y defender la acción de gobierno que tenemos que hacer". Y ha precisado que esta acción de gobierno "no es de gestión de la autonomía, sino de creación de la República". Una aspiración en absoluto incompatible con un presidente desprovisto de funciones ejecutivas para el día a día.