Los partidos políticos en España no alcanzan a cumplir con los estándares de calidad y transparencia que, otras democracias más consolidadas de Europa como son Alemania o Gran Bretaña, exigen a sus formaciones políticas. Esto se debe, en parte, a la ausencia de una ley de partidos que regule la actividad y gestión de los partidos, según explican desde Más Democracia, la iniciativa que ha elaborado el primer ranking de calidad de democrática de 2015 de los partidos políticos.
Emblema de ello podría ser el el hecho de que la palabra accountability no tenga una traducción directa al español, sino solo una perífrasis en el concepto de rendición de cuentas. Tan solo dos formaciones, Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Podemos, aprueban el examen de de calidad democrática, al obtener respectivamente 5,7 y 5,5 puntos de valoración global sobre 10.
El estudio se ha realizado sobre los 14 partidos políticos con representación parlamentaria nacional --donde se incluyen los partidos autonómicos-- y se han ponderado 41 indicadores entre los cuales se evalúa el funcionamiento interno de los partidos así como su capacidad de integrar las opciones minoritarias o respetar los derechos de sus afiliados.
Podemos y C’s superan a PSOE y PP
Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE obtienen calificaciones bajas. El PSOE obtiene un 4,3 de valoración global, solo superando el aprobado en materia de información pública. El PP obtiene un 2,3 de valoración global, liderando el ranking por la cola junto a Unió (UDC) y sus antiguos socios de coalición, Convergència (CDC).
Las nuevas fuerzas emergentes Podemos (5,5 en valoración global) y Ciudadanos (4,0 puntos en valoración global) logran superar el aprobado en materia de elección de candidatos. Sin embargo, no obtienen ni siquiera un suficiente en un capítulo clave como es la democracia interna.
“La conclusión principal es que ninguno de los partidos españoles podría funcionar en Alemania o Gran Bretaña”, afirma José Antonio Gómez Yáéz, profesor de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid y vicepresidente de Democracia como investigador principal.
Partidos autoritarios
Otra de las conclusiones que arroja el estudio es la falta de democracia interna en el seno de estas fuerzas con representación parlamentaria.
Entre las mayores deficiencias detectadas destacan aspectos como la demora en la convocatoria de Congresos (entre 3 y 4 años, con la salvedad del PNV, único partido que celebra sus Congresos a fecha fija), la escasa convocatoria de reuniones internas de rendición de cuentas, la falta de mecanismos de protección de los derechos de los afiliados, o los limitados procedimientos de participación democrática de los mismos en la selección de responsables orgánicos y candidatos electorales.
“La democracia está dañada”, profundiza Gómez Yáñez, que califica de “muy poco satisfactorio” el funcionamiento de los partidos, una pieza, a su juicio, “fundamental para la democracia”.
Prestigiar la discrepancia interna
La crítica interna dentro de un partido todavía suele ser vista de forma negativa, como un síntoma inequívoco de debilidad o desunión. Esto, según apuntan desde Más Democracia, es algo mucho más acentuado en los partidos tradicionales.
En sentido opuesto, formaciones como Podemos o C’s “tienen más ambición en mejorar la democracia interna”, explica Emilia Sánchez, presidenta de la entidad, que pone como ejemplo la celebración de primarias: “Gracias a las nuevas formaciones, que llevan las primarias incorporada en su ADN, los partidos clásicos han tenido que empezar a hablar de ello”. Sánchez concluye que “en este sentido, será difícil dar un paso atrás”.
Y es que otro de los aspectos debatidos en este estudio ha sido la posibilidad que hubieran tenido líderes emergentes como Albert Rivera o Pablo Iglesias de progresar en partidos como PP, PSOE e IU si estos partidos hubieran tenido una mayor flexibilidad interna para incorporar a las minorías.
PP, IU, Unió, PNV y ERC renuncian a participar
Otro dato interesante ofrecido por esta iniciativa es que, de los 14 partidos estudiados, cinco han negado su colaboración.
Entre estos cinco se encuentran PP, IU, Unió, PNV y ERC, que no han querido facilitar datos para la elaboración del informe.