La investidura, y por tanto el nuevo Govern, van para largo. Pero eso no impide al Ejecutivo en funciones aprobar nuevos nombramientos. Incluyendo dos, este martes, que premian a sendos candidatos de las listas convergentes a quienes las urnas jugaron una mala pasada: quedaron a un solo puesto de obtener representación en el Parlament y en el Ayuntamiento.
El Consell Executiu de la Generalitat ha aprobado este martes nombrar al fundador de Avancem y destacado ex dirigente crítico del PSC Fabián Mohedano como presidente del Consejo Asesor para la Reforma Horaria. En la misma reunión, ha aprobado el nombramiento del exconcejal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona Joan Puigdollers (CDC) como secretario de Salud Pública.
Quedaron a un solo puesto de ser elegidos
Ambos nuevos cargos tienen un sorprendente punto en común: no obtuvieron el cargo electo para el que optaban por muy poco. Mohedano se presentó en las recientes elecciones autonómicas en el puesto 33 de la lista de Junts pel sí por Barcelona, y la candidatura obtuvo 32 escaños en la circunscripción. Puigdollers fue en el puesto número 12 de CiU a las municipales en Barcelona, y la candidatura de Xavier Trías solo obtuvo 10 concejales. Puigdollers era, no obstante, el primer suplente, ya que el número 11, Raimond Blasi, entró en el consistorio recientemente tras la renuncia de Antoni Vives.
El premio a Mohedano tiene un carácter más simbólico que crematístico. Los miembros de este consejo asesor, creado en julio en respuesta a los trabajos de la comisión para la reforma horaria, no reciben remuneración ni dietas, y a lo sumo pueden cobrar "indemnizaciones por desplazamientos y alojamiento", según el decreto que creaba este nuevo organismo asesor, adscrito al departamento de Presidencia.
El reconocimiento a Mohedano –uno de los protagonistas de la crisis que azotó al PSC el año pasado, y que acabó con la marcha a filas independentistas de la mayor parte de su ala crítica más catalanista–, no obstante, puede ser la antesala de un premio mayor. A él le corresponde la primera vacante de Junts pel sí en el Parlament. Una vacante que, si se sigue la misma dinámica que siguió CiU en la anterior legislatura, no debería tardar en producirse: En abril de 2013, apenas cinco meses después de las elecciones de 2012, nueve diputados electos de la federación nacionalista habían renunciado a sus escaños, dejando sitio para otros tantos nuevos parlamentarios. De esos nueve diputados convergentes que renunciaron, ocho siguieron ejerciendo cargos públicos.
Puigdollers, concejal desde 1987
Diferente es el caso de Puigdollers, un veterano de la política que ha ocupado cargos públicos, sea electos o de designación desde 1983, y que ha sido concejal en el Ayuntamiento de Barcelona por CiU desde 1987 hasta las pasadas elecciones. Su cargo sí está remunerado, y nada mal: su predecesor, Antoni Mateu, recibía 84.000 euros brutos anuales, según datos de la propia Generalitat. En su caso, pues, el nombramiento les supone más ingresos que los que cobraría de haber sido elegido para el Ayuntamiento: salvo el ex alcalde Xavier Trias, como jefe de grupo, el resto de concejales de CiU en Barcelona reciben un sueldo que va de los 32.000 a los 75.000 euros anuales.
El Ejecutivo de Mas ha decidido estos nombramientos aun estando en funciones. Algo que puede explicarse por la perspectiva de que se tarde meses en formar un nuevo Ejecutivo, debido a la lenta marcha de las negociaciones entre Junts pel sí y la CUP. En este sentido, puede argumentarse que el Govern no puede quedarse parado mientras tanto. Pero también se puede interpretar que, de esta forma, CDC decide en solitario unos nombramientos que quizás podrían no ser del agrado de sus futuros socios -ERC estará representada seguro en el Ejecutivo, y hay que ver cual será el papel de la CUP-, por la apariencia de pago a los servicios prestados y de jubilación anticipada –o incluso de estomagos agradecidos– que pueden presentar.