Los socialistas de Pedro Sánchez empiezan a dibujar una estrategia distintiva de cara a las generales en Cataluña --y ante Cataluña--. El partido se ha mostrado dispuesto a dialogar con el próximo ejecutivo autonómico, aunque este sea independentista. Un posicionamiento con el que los socialistas se desmarcan de dos de sus rivales para el 20D, el PP y C's, y se distinguen también en matices de Podemos.
Significativamente, la encargada de mostrar esta posición del PSOE ha sido su número 2 en la lista de Madrid al Congreso, la catalana Meritxell Batet, designada por el líder del partido, Pedro Sánchez, prescindiendo de las críticas de parte de los socialistas madrileños. Batet ha explicado este lunes que uno de los objetivos de Sánchez, si fuera presidente del Gobierno tras el 20D, sería retomar el diálogo con la Generalitat, aunque esta tuviera un ejecutivo independentista.
"Lo único posible es la actuación de la política y eso quiere decir que es el momento del diálogo", ha afirmado Batet, que ha contrapuesto la posición del PSOE a la del presidente del Gobierno y de la Generalitat, Mariano Rajoy y Artur Mas. Que, según critica la dirigente socialista, "han sido incapaces de sentarse a hablar" durante los últimos cuatro años.
El "respeto a la ley" de Rajoy
Con esta oferta de diálogo, y con la crítica a Rajoy por no buscarlo, el PSOE se distancia así --en el fondo, y sobre todo en el tono-- de de sus adversarios populares de cara al 20D en lo que respecta a Cataluña. El PP ha mostrado desde el principio una línea dura ante el proyecto independentista, y los socialistas consideran que se enroca en el "respeto a la ley" --como ha señalado Batet--, sin ofrecer alternativas.
También se desmarca el PSOE de otro de sus rivales, para el 20D, un C's al alza que, en las elecciones autonómicas del 27S, aventajó a los propios socialistas con un mensaje nítidamente enfrentado al nacionalismo.
Matiz respecto a Podemos
Más se acercan los socialistas al cuarto actor en la pugna del 20D, Podemos. La formación morada ha estado presentando en Cataluña el mensaje de que solo con Pablo Iglesias en la Moncloa podría tener futuro una negociación que, eventualmente, podría llevar incluso a un referéndum de independencia.
La diferencia fundamental es que los socialistas no proponen directamente este referéndum. Pero sí una reforma constitucional que plasme la "singularidad" de Cataluña. Incluso reconociendo en la Carta Magna a Cataluña como "nación", según ha admite Batet, y en la línea de otras propuestas socialistas de recuperar el texto Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006, antes de que pasara por el Tribunal Constitucional.