ERC está ya negociando con CDC repetir el experimento de Junts pel sí en las próximas elecciones generales, previstas hacia el 20 de diciembre. Aunque la formación tiene dudas de si esta sería la mejor opción, como ha dejado intuir el propio líder, Oriol Junqueras. En todo caso, han puesto una condición clara a sus socios: Francesc Homs no puede ser el cabeza de lista, en contra de lo que pretendía el consejero. Se da el caso de que Homs ya saltó de su muy visible puesto de portavoz del Govern por presiones de Junqueras.
Según ha podido saber este diario de fuentes próximas a la candidatura de Junts pel sí, desde ERC se ha planteado esta exigencia como condición sine qua non para seguir negociando la repetición de la alianza el 20N. Es decir, que incluso en el caso de que CDC accediera, tampoco está claro que se renovara el pacto que dio lugar a Junts pel sí.
Aunque se ha negado -repetidamente- a hablar del 20D, Junqueras ha dejado traslucir sus muchas dudas sobre la conveniencia de reeditar la lista conjunta con CDC. En una entrevista a TV3, no solo ha rechazado hablar de posibles negociaciones con CDC, sino que ha declinado expresar sus preferencias de cara al 20D. Pero sí ha mostrado muchas dudas sobre la posible alianza, cuando se ha preguntado en voz alta: "Ahora que hemos hecho un plebiscito ¿tenemos que hacer otro? ¿Cuántos referéndums haremos?".
No ha sido el mejor resultado
A las dudas expresadas en público por Junqueras se añaden otras no expresadas. La dirección de los republicanos es consciente de que el resultado del 27S no ha sido el ideal para ellos, según le consta a este diario. No por lo que se refiere al proyecto independentista, sino en términos estrictamente partidistas. Desde este punto de vista, no están ni mucho menos dispuestos a aceptar cualquier condición para repetir el pacto con CDC, sino que, por el contrario, pretenden ser decisivos en la confección de la candidatura. Ya desde el nombre del cabeza de lista, y por ello el veto a Homs. Con el añadido de que, en un momento dado, estas exigencias incluso podrían ser usadas como maniobra para romper las negociaciones sin culpa.
A la vez que duda sobre el 20D, ERC se pone visiblemente de perfil en relación al debate sobre si Mas ha de ser investido president o no. Los republicanos están dejando solo al aparato mediático de CDC en su pugna con la CUP. Y Junqueras, preguntado por esta cuestión, ha dicho en TV3 que su función "no es meter el dedo en el ojo a ningún compañero ni a ningún amigo", en referencia a la CUP. Pero, además, ERC evita posicionarse explícitamente a favor de que Mas sea el jefe del Eejcutivo.
ERC no se pronuncia
El partido, como tal, no se ha manifestado en ningún momento sobre esta cuestión después de las elecciones. Tampoco lo han hecho sus líderes. Preguntado directamente, Junqueras ha rechazado responder, también muy directamente. "Este tipo de negociaciones se tienen que hacer en el ámbito en el que se tienen que hacer, y no ante las cámaras y bajo los focos", ha dicho.
Junqueras ni siquiera ha concedido un leve apoyo genérico a Mas como líder del proyecto independentista. Sobre las recientes palabras del número dos de CDC, que afirmó que la continuidad del procés depende de la continuidad de Mas como presidente, ha sido tajante: "La continuidad del procés depende del pueblo de Cataluña", ha sentenciado.
Confían en un acuerdo para la investidura
El líder de ERC sí se ha mostrado "convencido de que habrá un acuerdo" para la investidura. No ha concretado quien debería ser el investido. Sea Mas o no, para los intereses electorales de ERC parece preferible que no haya nuevas elecciones en breve, ante el riesgo de que la CUP, con su posición de fuerza actual ante Mas, consolide el voto que ha tomado prestado de ERC el 27S. Una situación que podría darse si la formación cupaire no transige en investir a Mas, y si este tampoco da su brazo a torcer y no acepta dar un paso al lado.
En cualquier caso, y aun ante este riesgo cierto, ERC tampoco está dispuesta a asumir el desgaste de presionar a la CUP. Este trabajo lo está llevando a cabo en solitario el entorno de CDC, y los republicanos apenas mueven un dedo para contribuir, conscientes de que su electorado -incluyendo el que ha votado el 27S a la CUP- tampoco entendería una beligerancia especial con la formación cupaire.