La imputación de Artur Mas es un ataque a la “dignidad de todo un país”, un ataque a los “2,3 millones de personas que participaron” en el 9N, según Josep Rull, coordinador general de CDC.

La reacción oficial del partido que preside Mas tras conocerse su imputación y la coincidencia de su cita ante el juez el 15 de octubre, cuando se cumplen 75 años del fusilamiento de Enric Companys, es una “provocación o una estupidez, o ambas cosas a la vez”.

Tribunales en lugar de urnas

Desde el punto de vista de Rull, el Gobierno intenta “ganar en los tribunales lo que no ha ganado en las urnas.” Cosa que nunca haría un Estado moderno, como Reino Unido o Canadá, que tras unas elecciones como las del domingo “convocarían un referéndum o se sentarían a dialogar”.

El coordinador convergente, que hace las funciones de Oriol Pujol Ferrusola, ex secretario general que tuvo que dejar el cargo por los procesos judiciales en los que está implicado, ha terminado acusando al Gobierno central de “cobardía por tratar por la vía penal un tema político, para lo que utiliza instituciones del Estado como es la fiscalía”.