La debacle electoral del PP catalán en las autonómicas de este domingo ha abierto una nueva crisis en el seno de la formación. Amplios sectores del partido apuntan directamente a Alicia Sánchez-Camacho y a Mariano Rajoy como máximos responsables de la pérdida de 8 de los 19 escaños que tenían, dejando a los populares en Cataluña en el nivel de representación parlamentaria más baja desde 1992.

Los dirigentes más críticos --entre los que hay ex diputados, concejales y cargos locales-- coinciden en librar de la quema al candidato presentado el 27S, Xavier García Albiol. Consideran que --aunque esperaban más de él-- el ex alcalde de Badalona no ha tenido tiempo para enderezar una deriva negativa que viene de lejos y que temen que se repita en las generales previstas para el mes de diciembre.

"Falta de autocrítica" y "regeneración"

El descontento es mayúsculo con la presidenta del partido en Cataluña. Su intervención en la reunión de la ejecutiva de este lunes ha causado malestar por su “falta de autocrítica” al tratar de presentar los resultados del domingo como “los mejores posibles dadas las circunstancias”, un análisis que algunos tildan de “matrix”.

La preocupación por la fuga de votos hacia Ciudadanos es máxima. Los críticos lamentan que el partido no ha sabido reaccionar. Acusan a la dirección de falta de firmeza y de propuestas, y reclaman una "regeneración" interna para poder competir con “la frescura” que transmite la formación 'naranja'.

Cornet, en el punto de mira

Los 'disidentes' también cargan contra el director de la campaña de las autonómicas, Jordi Cornet, hombre de confianza de Sánchez-Camacho. Creen que su marcaje de García Albiol --“solo ha hecho lo que le decía Cornet”, aseguran-- ha lastrado sus posibilidades.

Aunque reconocen que sí se ha producido un cierto 'efecto Albiol'. De hecho, a finales de junio pasado se publicaron encuestas que auguraban que el desastre podría ser aún mayor y quedarse con solo 6 ó 7 escaños en el Parlament.

Rajoy, el "pusilánime"

Por otra parte, censuran el papel de Rajoy y de algunos dirigentes del PP nacional en la campaña. Al presidente del Gobierno y del partido le dedican calificativos como “pusilánime” --en línea con la posición de Aznar de este mismo lunes-- y creen que sus visitas a Cataluña durante la campaña han servido más para perjudicarles que para beneficiarles. Tampoco gustó que el ministro García Margallo se brindase a debatir con Junqueras sobre la independencia en la televisión, con el aval de Cornet.

En eso, los críticos parecen coincidir con Sánchez-Camacho, quien durante la reunión de la ejecutiva se ha atrevido a lanzar algunos dardos a las dirección nacional del PP. Una actitud, la de la líder del PP catalán, ciertamente arriesgada, habida cuenta que todavía no tiene claro su futuro político --todo apunta a que peleará por conseguir un buen puesto en las listas de las generales--.

La sucesión de Sánchez-Camacho

Lo cierto es que las heridas que parecían haber cicatrizado con la elección de García Albiol como candidato al 27S han vuelto a supurar tras los desastrosos resultados. Y el malestar amenaza con enquistarse.

La siguiente batalla será la de la sucesión de Sánchez-Camacho al frente del partido en Cataluña, que podría producirse en el congreso del próximo verano. Si García Albiol hubiese obtenido unos mejores resultados este domingo, sería el sucesor natural. Pero, con el panorama actual, es probable que en los próximos meses surjan otros candidatos para ocupar ese sillón.