Parte del PP no ve nada clara la controvertida decisión del Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, de aceptar el reto del líder de ERC, Oriol Junqueras, para celebrar un debate televisado cara a cara. Un debate que ha peligrado durante este jueves, por el malestar de dirigentes del PP estatal. Y que ha originado una sucesión de llamadas, declaraciones y comunicados.
A primeras horas de la mañana, el debate se daba por finiquitado, y así ha llegado a publicarlo algún medio de amplia difusión. Según fuentes consultadas por este diario, las voces contra el debate partían de dirigentes del partido en la sede central de Génova y en la Moncloa, que no ven con buenos ojos que Margallo baje a la arena a debatir con Junqueras. Y que se habrían movido en los teléfonos para presionar en este sentido.
Fernández Díaz, poco entusiasmado con el cara a cara
En esta línea, este mismo jueves el ministro del Interior, Jorge Fernández-Díaz ha calificado desde los micrófonos de RNE de "opinable" el debate Margallo-Junqueras. En privado, cargos del PP habían mostrado en los últimos días su preocupación. Recordaban que Margallo ya protagonizó una polémica recientemente, con su propuesta de reforma constitucional, desautorizada posteriormente por el partido y por el Gobierno.
Desde Génova también se argumenta que el debate puede trastocar la campaña del candidato del PP catalán al 27S, Xavier García-Albiol. Pero el partido en Cataluña lo ve muy diferente. Considera que el cara a cara Margallo-Junqueras les beneficia, al "polarizar" la campaña entre Junts pel sí -la lista de CDC y ERC- y el propio PP, en palabras de un dirigente del partido en Cataluña. También cree que el debate es positivo para sus intereses al situar en primer plano "la cuestión Europea" en la recta final de la campaña.
Las negociaciones
Poco después, no obstante, el PP catalán ha confirmado que el debate se celebraría, que tendrá lugar el día 23, y que los equipos de campaña del PP y de Junts pel sí estaban negociando los detalles concretos. Aunque en un principio se daba por hecho que el debate se celebraría en 8TV, la cadena del Grupo Godó, otras fuentes indican que los negociadores populares ponen como condición que se emita en una cadena privada de ámbito estatal.
El propio presidente del Gobierno y del partido, Mariano Rajoy, ha zanjado finalmente la polémica, al declarar que apoyaba el debate si así lo decidía el comité de campaña del PP catalán. "Yo estoy, como siempre he estado, a lo que digan los directores de campaña", ha cerrado Rajoy.
Los nervios de Génova se pueden explicar en clave electoral, pero no solo de cara al 27S. Y es que la particular posición de Margallo sobre el proyecto independentista contempla algún tipo de negociación tras las elecciones. Algo que choca frontalmente con la estrategia de Génova, que cree que le perjudicaría de cara a los comicios que realmente considera decisivos: los del 20D.