Cataluña casi triplica el déficit comercial español

La balanza comercial catalana con el exterior arroja un déficit de 16.600 millones de euros, lo que equivale al 8,6% del PIB del territorio, un dato que debería hacer reconsiderar el discurso de los defensores de la independencia de Cataluña por razones económicas.

Esa es la opinión de Convivencia Cívica Catalana (CCC), que ha hecho un estudio sobre las ventas de las empresas catalanas en base a la información de C-Intereg, una plataforma confeccionada por el Centro de Predicción Económica (Ceprede) y de Idescat, el centro estadístico de la Generalitat.

Planteamientos débiles

Desde el punto de vista de CCC, las verdaderas cifras demuestran la debilidad de los planteamientos utilitaristas de los independentistas. El conjunto de España, que no es precisamente una potencia exportadora, tenía un déficit exterior del 3,7% en 2011, el mismo ejercicio sobre el que se ha hecho el cálculo para Cataluña. En estos momentos, el déficit español es menor, en buena parte debido a la caída del precio del petróleo.

Los analistas de CCC tratan de desmontar los argumentos de los independentistas recordando que Cataluña sí tiene superávit comercial con el resto de España: 19.300 millones, lo que equivale al 10% de su PIB. Y que, además, ese excedente genera mucho más beneficio que si se obtuviera con el exterior porque las ventas al resto de España tienen menos costes que las exportaciones.

Y más rentable

Por esa razón, la rentabilidad de 52 de las 82 ramas de actividad en que se divide la economía catalana en sus tratos con España es mucho más elevada que la de las ventas al exterior. La de cine y vídeo, por ejemplo, obtuvo un beneficio anual en sus exportaciones a España de 112 millones de euros, frente a los 24 millones de las ventas al exterior.

El 67% de las empresas catalanas que venden fuera de España lo hacen por menos de 4.000 euros al año. Sólo 170 compañías exportadoras, que concentran el 54% del volumen total, venden más de 50 millones cada año. La mayoría de ellas, recuerda CCC, son filiales de multinacionales establecidas en Cataluña.

Convivencia Cívica Catalana es una plataforma independiente, aunque cercana ideológicamente al PP, que analiza la realidad de Cataluña con perspectivas y argumentos contrarios al nacionalismo, tanto en temas económicos como históricos o lingüísticos.