Los organizadores de la manifestación independentista de este viernes -la cuarta gran marcha por la independencia desde 2012- han planteado el acto pensando claramente en el 27S, que consideran como un plebiscito sobre la independencia de Cataluña. Desde esta lógica -y según lo ajustado de las encuestas-, cada voto cuenta. Por lo cual se han dirigido muy especialmente a los que a priori pueden parecer menos convencidos: los catalanes con origen -por nacimiento o familia- en el resto de España.
El independentismo es numeroso y está movilizado desde hace años. Pero también acusa un cierto cansancio, tras un mínimo de tres años de hipermovilización sin descanso. Esta es una percepción del propio entorno independentista, que avalan algunas encuestas. También algunas encuestas señalan -y es también una percepción en la calle- que es entre los catalanes de expresión castellana u origen familiar en el resto de España donde más abundan los posibles independentistas no del todo convencidos. Y a ellos se han dirigido, directamente, algunos de los mensajes de la marcha de este viernes.
Rufián, solo en castellano
La atención especifica a esta tipología de posibles votantes independentistas se ha expresado muy claramente con el segundo de los parlamentos finales de la manifestación, a cargo de Gabriel Rufián. Este miembro destacado de Súmate ha recordado que es "nieto e hijo de andaluces". Y ha pivotado su discurso -íntegramente en castellano- en comparar el reto de quienes vinieron "sin nada" hace unas décadas a Cataluña con el actual proyecto independentista. "No hay nada imposible, porque ellos ya lo hicieron", ha afirmado.
Pero no solo Rufián ha hecho este tipo de referencias. La dirigente estadounidense de la ANC Liz Castro -íntegramente en inglés- ha confiado en que "los vínculos con España se mantengan firmes". Y el presidente de la ANC, Jordi Sánchez, ha insistido en que, desde el independentismo "nunca hemos preguntado ni donde hemos nacido, ni cómo nos llamamos, ni qué lengua hablamos".
El colofón, una rumba
Incluso en el resbaladizo -por interpretable- terreno de los símbolos se ha podido ver esta especial atención al independentismo de matriz castellanohablante. La manifestación ha concluido con una rumba. Que, aun siendo un género musical catalanísimo, está estrechamente relacionado con el flamenco. Además de que no es percibido generalmente como folclore tradicional catalán.