A las cero horas de este viernes, con la tradicional pegada de carteles, ha arrancado una campaña electoral que no tiene nada de tradicional. Pese a que solo las formaciones independentistas le otorgan un carácter de plebiscito sobre la independencia, todos los partidos están de acuerdo en que los comicios del 27S son excepcionales. Y pueden cambiar el mapa. No solo por una eventual secesión, sino porque amenazan con modificar sustancialmente el sistema de partidos vigente en Cataluña desde hace más de tres décadas.
Se consideren o no como elecciones plebiscitarias, y más allá de la gran incógnita de la noche del 27S -si los independentistas suman o no la mayoría absoluta, y si esta es solo de escaños o también de votos- el 27S se elegirá un Parlament. Que será -según prevén todas las encuestas- muy diferente a lo que estamos acostumbrados.
Las novedades que se prevén -y que ya se han apuntado en elecciones anteriores, como las municipales de mayo- pasan por un desplazamiento general a la izquierda y por la consolidación de partidos que hasta hace poco eran considerados como outsiders, C's y la CUP. Y por la pérdida de peso específico de las que han sido las fuerzas hegemónicas del bipartidismo imperfecto catalán desde 1980 hasta 2010 -en 2012 empezó a cuestionarse el modelo-, CiU y el PSC.
CDC esconde su descenso
CDC comparte lista con ERC. Algo que evitará visualizar si continua o no la rebaja de peso específico de los convergentes dentro del nacionalismo que ya se empezó a producir hace tres años, y que se acentuó en las europeas del año pasado, en las que ERC consiguió el sorpasso.
Esta alianza va en paralelo con la ruptura de CiU, la tradicional gran fuerza nacionalista desde la recuperación de la democracia. UDC comparece por primera vez desde entonces en solitario, presentándose como heredera de la vieja CiU autonomista. Y una de las grandes incógnitas va a ser su papel en los comicios, y más allá.
La incógnita del futuro de Unió
Si los de Duran -que no ha querido ser candidato- obtienen un resultado notable, pueden convertirse en alternativa a sus exsocios a medio plazo. Si, como vaticinan algunas encuestas, no obtienen representación, no es descartable ni siquiera su desaparición como fuerza independiente.
También de interés será ver si la alianza entre CDC y ERC es puntual, solo para su objetivo común de la independencia, o si se consolida en próximos comicios, como pretende Artur Mas. Lo cual significaría un cambio estratégico de aliados de CDC: sustituir a democristianos por republicanos, en consonancia con un giro a la izquierda generalizado de los votantes catalanes -en las encuestas y en las últimas citas electorales-.
C's, líder de los no independentistas
En el bando no independentista, será destacable el resultado de C's, un partido que apareció hace menos de 10 años, que estuvo al borde del colapso en 2010, y que podría convertir ahora a su candidata en jefa de la oposición. De confirmarse su ascenso, la formación naranja habría arrebatado al PP y -en cierta medida- al PSC su papel de referencia en la oposición al nacionalismo catalán. Y no menos destacable será el resultado de estos dos partidos.
Al PP, algunas encuestas le auguran un moderado descenso y otras, un apreciable batacazo. Pero los populares siempre se han movido en las autonómicas más o menos dentro de esa franja, con acusadas oscilaciones. Muy diferente es el caso del PSC, que si se cumplen los malos augurios de las encuestas volvería a obtener de nuevo -ya lo hizo en 2010 y 2012- sus peores resultados históricos.
La caída libre del PSC
En este supuesto, los socialistas habrían pasado en menos de 10 años de ostentar el poder en todas las grandes instituciones a ser un partido objetivamente menor en el sistema político catalán. Ya fueron superados por ERC en las autonómicas de 2012 -en escaños-, y en las municipales de mayo -en concejales-. Y ahora podría haber un nuevo y significativo sorpasso.
Y es que otra de las grandes novedades del 27S es Catalunya sí que es pot, la alianza de ICV-EUiA con Podemos. Las primeras encuestas pronosticaban un magnífico resultado de esta lista, disputando el segundo puesto a C's. Las últimas han rebajado las expectativas. Pero coinciden en vaticinar una mejora respecto a los números de ICV-EUiA, con la amenaza de superar a los socialistas como principal partido de la izquierda no independentista. Un vuelco que, si se produjera, podría tener también consecuencias de cara al 20D y más allá.