Durante el debate de este lunes sobre la adhesión del Ayuntamiento de Barcelona en la Associació de Municipis per la Independència (AMI) --en el que finalmente se ha rechazado la propuesta de ERC, CiU y CUP de integrar la capital catalana a dicha asociación-- se han vivido momentos de tensión.
La presencia en el palco de la sala de plenos del Consistorio barcelonés de una bandera estelada, colgada por miembros de la propia AMI, ha causado la crítica de diversas formaciones políticas. El líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, ha sostenido que la colocación de la insignia puede representar un “precedente” y podría propiciar la exhibición de otros emblemas en próximos plenos, como banderas españolas.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha apelado a la libertad de expresión para justificar su decisión de no retirarla.
En la misma sesión, la CUP ha reiterado su petición para que el nomenclátor municipal retire las referencias monárquicas y, para escenificar su posición, los tres concejales de la formación independentista han depositado en el centro del salón de plenos una placa de la Avenida de Borbó.