La ex consejera de Sanidad del gobierno balear, Aina Castillo, le ha perdido definitivamente el miedo a quien fuera su jefe y patrocinador, Jaume Matas.
Ayer, de forma implacable, Castillo disparó nuevamente con bala contra Matas, al que acusó de haberla presionado para modificar, de forma irregular, el concurso que propició la concesión de las obras del fastuoso hospital de Son Espases en Mallorca en 2006.
Matas en el punto de mira
“Matas nos ordenó que amañásemos el concurso”. Así lo declaró hace un año ante el fiscal anticorrupción Pedro Horrach y así lo ratificó ayer ante el juez instructor número 3, José Castro, que investiga este presunto caso de comisiones ilegales entre el gobierno balear, el Partido Popular y distintas constructoras.
También declaró ayer, y en idéntico sentido, otro alto cargo del antiguo gobierno de las islas: el director general de Salud Pública, Sergio Bertrán. También reiteró sus acusaciones al ex presidente balear.
Arrepentidos, pero imputados
Ambos ex cargos de Sanidad, están imputados, pero a buen seguro, se van beneficiar procesalmente de su “determinación” a la hora de acusar a la bestia negra de la anticorrupción balear: Jaume Matas, que tiene otras 20 causas pendientes.
Lo curioso de este caso es que, las obras las realizó, finalmente, una UTE de empresas participada de forma mayoritaria por ACS, compañía de Florentino Pérez. Sin embargo, quien aparece imputado en este caso, no es el presidente de ACS, sino el presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, cuya constructora no puso ni un tocho de las obras. Castillo y Bertrán han declarado que Matas tenía “interés” en que la ganadora del concurso fuera OHL.
Muchos claroscuros en este caso, que, procesalmente, no ha hecho más que empezar.