La buena sintonía entre el PP y Unió no se expresa solo en palabras. Este miércoles, el vicesecretario de comunicación popular, Pablo Casado, no ahorró ningún piropo al partido de Duran Lleida, de quien llegó a decir que le "gusta" su nueva posición, tras la ruptura con CDC y la vía independentista de Artur Mas. Y el candidato del PP al 27S, Xavier García Albiol, incluso hace suyas reivindicaciones tradicionales del catalanismo moderado, como una mejora en la financiación. Pero el buen entendimiento entre ambas formaciones también tiene otras vertientes.
Como informó en exclusiva a principios de julio CRÓNICA GLOBAL, los correligionarios de Albiol en el Gobierno habrían comprometido su palabra con los principales dirigentes de Unió para que el partido democristiano pueda concurrir a las elecciones del 27S y a las generales de finales de año con los recursos suficientes para enfrentarse en las urnas a sus antiguos socios de CDC.
"Plantar batalla"
"Han prometido recursos ilimitados para que Unió pueda plantar batalla a Mas y su partido", señalaron conocedores de los contactos.
La apuesta del entorno gubernamental del PP es lograr que Unió sea vista por el electorado como la CiU de siempre, un partido con ánimo de centralidad política y colaborador en la gobernabilidad de España. Aunque sea pagando el precio de los posibles efectos negativos que esa iniciativa pudiera suponer para los intereses directos del PP catalán.