El consejero de Justicia de la Generalitat, Germà Gordó, ha salido rana. Hasta hace bien poco, el dirigente convergente --ex gerente de CDC-- era considerado en importantes círculos políticos y económicos de Madrid y Barcelona como el hombre ideal para reconducir la deriva radical en la que Artur Mas ha sumido a su partido y, con él, a un buen número de catalanes.
En su entorno más cercano, Gordó había reconocido en más de una ocasión que no era partidario de la secesión. Y públicamente se había desmarcado en más de una ocasión de sus correligionarios más extremistas. El nombramiento de su esposa, Roger Bach, como vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a finales de 2013 -en plena vorágine independentista-, respondía a una estrategia de las más altas instancias para fortalecer la posición de Gordó.
Decepción entre sus valedores de Madrid
Sin embargo, en los últimos tiempos, el consejero parece haber experimentado una repentina conversión al independentismo. Un cambio que, según ha podido saber Crónica Global, ha decepcionado profundamente a sus valedores más poderosos.
Bien sea por miedo a quedarse fuera del círculo de poder en Cataluña, o por falta de arrojo para asumir el papel que se le presuponía, lo cierto es que Gordó ha decidido volcarse plenamente en la precampaña de las autonómicas del 27S, especialmente tras ser debidamente recompensado por Mas con un puesto destacado en la lista rupturista de Junts pel Sí.
En defensa de los 'Países Catalanes'
Este sábado, Gordó ha participado en la Universitat Catalana d'Estitu (UCE) en Prada (Francia), el tradicional 'aquelarre' independentistas de cada verano. Y lo ha hecho en una ponencia sobre la Constitución de una hipotética Cataluña independiente.
En su intervención, el consejero de Justicia se ha desemelenado y ha defendido que una supuesta Cataluña independiente no debería “olvidar a la nación completa”. Una nación que, en su opinión incluye todos los territorios que forman lo que los nacionalistas denominan 'Países Catalanes'. Esto es, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Baleares, Andorra, parte de Aragón (conocida como La Franja) y de Murcia, el Rosellón (en Francia) y el Alguer (en Italia).
El que había sido considerado como uno de los rostros moderados del nacionalismo catalán ha propugnado que, en caso de secesión, el nuevo Estado catalán debería ofrecer la nacionalidad catalana a todos los ciudadanos residentes en esos territorios.
"Esta vez tenemos que vencer. Ahora lo tenemos cerca"
Además, ha asegurado que el 9N “extendió el certificado de defunción de la Cataluña autonómica” y que “mentalmente” los catalanes “ya están en una Cataluña libre”. Pero, aunque considera que la secesión está “a tocar”, Gordó ha hecho un llamamiento a “mantener la voluntad, la firmeza y la fidelidad a aquello que nos constituye”.
Finalmente, ha instado a dejar plasmado en la Constitución de la Cataluña independiente aspectos como la “indestructible” voluntad de ser de los catalanes “que no se puede combatir con intentos de asimilación”. Y ha instado a “demostrar” que los catalanes están hechos de “grandeza, progreso, justicia social, libertad nacional y paciencia”.
“El sueño no es suficiente. Esta vez tenemos que vencer. Ahora lo tenemos cerca”, ha sentenciado en referencia al plan secesionista que promueve su partido.