El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aguantó este viernes un chaparrón de la oposición por haber recibido en su despacho a Rodrigo Rato, ex vicepresidente del Gobierno con tres causas judiciales abiertas que le acusan de varios delitos de corrupción y blanqueo de capitales.
La comparecencia voluntaria anunciada por Mariano Rajoy ha propiciado el rechazo del resto de las formaciones del Congreso excepto Unión por el Pueblo Navarro; y ha dado pie a innumerables burlas por las redes sociales, el gran temor de Rato que propició su encuentro con el ministro, según el relato de Fernández Díaz (ha llegado a mostrar a la Comisión de Interior del Congreso alguno de los más de 400 tuits ofensivos que recibió el ex vicepresidente). Al final, la comparecencia sólo ha llegado a convencer a su promotor: el presidente.
Espaldarazo a Fernández Díaz
Rajoy ha salido a dar un espaldarazo a Fernández Díaz desde el escenario bucólico de la localidad coruñesa de Ordes en uno de sus múltiples paréntesis en los días de vacaciones que disfruta en Galicia. Con una actitud mucho más relajada de la que había mostrado anteriormente cuando la prensa le preguntó por el encuentro entre el ministro y Rato del 29 de julio, el presidente ha asegurado que las responsabilidades del departamento obligan a Fernández Díaz a “garantizar los derechos y libertades de los españoles, y a garantizar su seguridad”.
También ha aplaudido al político catalán por haber dado explicaciones “donde las tenía que dar, en el Parlamento” y que fueran de “manera rápida e inmediata”, pocos días después de que estallara el escándalo y en pleno periodo vacacional.
Cerrar rápido el escándalo
Lo importante para el PP es cerrar un nuevo capítulo que podría derivar en un escándalo mayor por la pasividad del partido ante los casos de corrupción que salpican a Rato: la caída de Bankia, donde se le acusa de haber escondido las pérdidas reales de la entidad antes de la salida a bolsa; el uso de tarjetas opacas de la cúpula del banco y una tercera causa personal en la que es señalado por un delito de blanqueo de capitales. El ministro ha repetido en el Congreso que nunca hablaron de este tema, contradiciendo de este modo a las declaraciones anteriores del ex viceprimer ministro.
La explicación no ha sido suficiente para la oposición. ¿Lo ha sido para el propio PP? Decir que estaba entusiasmado sería exagerado. Lo importante para el partido en el Gobierno este viernes era pasar página y cargar contra una oposición que “lo único que le interesa es hacer todo lo posible para ver si puede pescar algo en río revuelto”, en palabras de Rajoy.
Especialmente el PSOE, que decidió denunciar el caso ante la Fiscalía “sin haber escuchado al ministro”. El presidente no ha comentado nada sobre los otros grupos que han anunciado que también emprenderán acciones legales por este caso.
Rato, en una piscina de Gijón
Fernández Díaz ha intentado salir con la cabeza alta del Congreso. La oposición pide su dimisión, pero Rajoy no le dejará caer. No a poco más de un mes de las elecciones catalanas y con las generales a la vuelta de la esquina. El PP esperará a que su particular tormenta de verano amaine.
¿Y qué hacía el otro gran protagonista de la jornada? Rodrigo Rato, ajeno al trajín de la comisión, disfrutaba de una jornada tranquila de sol y piscina en la localidad de Gijón (Asturias).