Esta legislatura se ha caracterizado por un goteo constante de presuntos casos de corrupción que han implicado a CDC. De la confesión de Pujol y los líos judiciales de su familia al caso Palau. Pasando por los casos Pretoria, Clotilde, Innova o de la ACM. Y la percepción es que la oposición, y muy especialmente, el gran adversario tradicional de los convergentes, el PSC no ha sacado todo el partido de ello. Aunque desde los socialistas se culpa a la prensa de esta percepción.
“Por mucho que se haga oposición, es muy difícil que se note si los medios están en otra onda”. Así se expresa el politólogo Gabriel Colomé, ex director del Centre d'Estudis d'Opinió en época del tripartito y ex portavoz municipal del PSC en Barcelona. “Por mucho que hagas ruedas de prensa y escenas en el Parlament, si no estás en los medios, no existes”, afirma.
El PSC, también enfangado
Los socialistas también han estado salpicados por casos de corrupción y presunta corrupción esta legislatura. Especialmente, por las investigaciones derivadas del caso Mercurio. Pero también en otros que afectan igualmente a CDC. Podría pensarse que estos casos habrían hecho levantar el pie del acelerador al PSC en sus acusaciones. Pero Colomé ve un matiz. Y también ve culpa de la prensa.
Colomé indica que cuando la oposición “ataca casos como el del Palau”, algunos medios “contraponen enseguida casos de corrupción de otros partidos, básicamente del PSC”. “La imagen que se recibe es que todos son iguales”, señala. Y lamenta que “nadie ponga un baremo entre tráfico de influencias o tener la sede embargada”.
El dirigente socialista cree que los medios catalanes están centrados en el “monotema” del proyecto independentista. Y admite que “medios de matriz española”, como El País o El Mundo, sí dan cabida a los casos de presunta corrupción que afectan a CDC. Pero precisa que “el medio que fija la línea es La Vanguardia”, y que el rotativo está en una fase de “no sabe, no contesta” respecto a los escándalos del entorno convergente.
Ciudadanía "anestesiada"
Colomé está de acuerdo con que la opinión pública está “anestesiada” en cuanto a los casos de corrupción. Pero no por la propia acumulación de estos casos, sino por un momento muy concreto: el caso Banca Catalana. “La sentencia política del caso dejó al país anestesiado, dio carta blanca a Jordi Pujol y a CDC para hacer lo que han querido hasta ahora”, opina.
El politólogo tampoco cree que los escándalos de esta legislatura penalicen elctoralmente a CDC el 27S. “El debate está en otro nivel”, afirma. Cree que los votantes de CDC “ya estaban movilizados” por la cusa soberanista, y que, para ellos “el debate no está en la gestión, sino en si estamos a favor o no de la independencia”. “Cuando se apela a términos emocionales, es muy difícil que los votantes entren en una lógica racional”, indica. Sí pronostica una pérdida de votantes “moderados” para CDC. Pero no por los casos de presunta corrupción, sino por la presencia de UDC en solitario en los comicios.