El Parlament trata esta semana las conclusiones de la Comisión de Estudio de la Reforma Horaria, que propone avanzar hacia una racionalización de los horarios de trabajo -y, por tanto, de comidas, ocio y sueño- similar a los de los países de nuestro entorno. Una cuestión que no es nueva de ahora.
Las primeras campañas de opinión sistemáticas las protagonizó en España, desde mediados de los años 90 y prácticamente en solitario, la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles (ARHOE). Su ex presidente -cedió el cargo en enero- el catalán Ignacio Buqueras, ha estado durante años presionando a opinión pública, entidades empresariales y administraciones para que apliquen -o favorezcan- diversas medidas: finalizar antes las jornadas laborales, adelantar el 'prime time', coordinar horarios laborales, comerciales y escolares, o incluso cambiar el huso horario.
Llegó al Congreso en 2013
Este trabajo de divulgación, junto con el de otros colectivos, ya pasó por el Congreso, en 2013. Aunque no de forma específica, sino dentro de las conclusiones de la Comisión de Igualdad. Esta comisión pidió estudiar las consecuencias de adoptar el huso horario del Reino Unido, así como de una "racionalización de los horarios laborales, en torno a unas franjas horarias de entrada y salida de aquellos empleos que así lo permitan".
Ese mismo año se empezó a articular en Cataluña el grupo promotor Iniciativa per a la Reforma Horària 'Ara és l’hora' -con una coincidencia solo casual con la campaña conjunta de la ANC y Òmnium a favor de la independencia-. En 2014, la Generalitat se adhirió a esta iniciativa. Y ese mismo año 'Ara és l'hora' consiguió llevar al Parlament sus peticiones, cuando se creó la comisión que ahora ha presentado sus conclusiones.