El equipo de Ada Colau quiere convencer al resto del consistorio y a los barceloneses en general de que su decreto de moratoria turística, pese al impacto que ha tenido, no supone un cambio respecto de lo que ya estaba sucediendo en la ciudad en los últimos años.
Además, en algunos distritos, no va a tener ningún efecto, porque de hecho ya tenían paralizados nuevos permisos para la actividad turística.
Debate del nuevo modelo de ciudad
El pleno municipal del viernes debatirá un documento que ha sido pactado con el PSC y ERC en el que se recogen las bases para el debate sobre el nuevo modelo turístico de Barcelona. Básicamente, poner orden con medidas no muy distintas de las que ya estaban en marcha, una cierta continuidad. Se podría decir que descafeína el planteamiento inicial de la congelación de licencias, quizá gracias a la participación de los dos partidos citados.
Hace diez años, la primera restricción
El documento recuerda que ya en 2005 el Ayuntamiento de Barcelona, “ante el deterioro de la habitabilidad de las viviendas de Ciutat Vella y la explosión de la demanda de alojamiento turístico de bajo coste” tomó medidas: sólo hoteles de tres estrellas para arriba; y veto a los pisos turísticos.
El plan de usos del 2010 profundizaba y ordenaba la contención, hasta que en 2013 el equipo de Xavier Trias, con el apoyo del PP, permitió nuevos hoteles en la periferia de Ciutat Vella.
Dos años después, por medio del plan metropolitano, Xavier Trias y sus socios volvieron a levantar el pie del freno autorizando la conversión en hoteles de ciertos edificios catalogados, al margen del contenido del plan de usos que pudiera afectar a cada inmueble: se trataba de dar una salida al patrimonio inmovilizado de sus propietarios.
También los distritos
Esa línea restrictiva constante desde que los efectos del turismo de masas empezaron a dejarse notar en la ciudad, con las salvedades citadas, ha tenido también su eco en la normativa de los propios distritos: Rambla, Poble Sec, Gràcia.
Se da la circunstancia de que la ley no permite moratorias de licencias en territorios donde ya ha existido una hasta que pasan tres años desde que aquélla terminó. Por eso, según afirma la alcaldía, en algunas zonas de Barcelona la nueva moratoria no tiene efecto práctico alguno.
Los pisos turísticos
Lo mismo sucede con los pisos turísticos, que merecieron un ordenamiento específico para toda la ciudad, no sólo para la zona centro, desde 2014. “En consecuencia, dice el documento base, las actividades para la instalación o ampliación de viviendas de uso turístico están suspendidas actualmente en el ámbito territorial íntegro del municipio de Barcelona”.
En realidad, el nuevo equipo municipal quiere continuar la labor del Plan Estratégico de la Ciudad de Barcelona 2010-2015, en el que se habla de desconcentrar la actividad turística y de mejorar la competitividad como destino, entre otras cosas.