La larga historia de propuestas y contrapropuestas de candidaturas unitarias de los partidos independentistas para las elecciones del 27S tiene un precedente. Un precedente fallido, como fue la insistente demanda de CDC para concurrir junto a ERC a las europeas del año pasado.
Ya en septiembre de 2013, se divulgó que CDC había ofrecido a ERC formar una lista electoral conjunta. En esa lista debían figurar también "personalidades independientes de reconocido prestigio". La oferta se abriría a otros partidos independentistas o soberanistas. En ese momento -aun sin la consulta del 9N a la vista-, CDC planteaba esta alianza como ensayo para unas hipotéticas elecciones plebiscitarias. Pero no adelantadas, como el 27S, sino para 2016.
El 'sorpasso', de fondo
ERC reaccionó inicialmente dando largas a la propuesta de Mas. Y la rechazó formalmente en enero de 2014, con el argumento de "preservar la transversalidad del proceso" y "no dejar fuera a nadie". En el ánimo de ERC -y, probablemente, en el de Mas al hacer su oferta- pesó con toda seguridad la convicción de que podrían lograr superar a CiU en las europeas. Como así sucedió.
ICV y la CUP declinaron también la propuesta de candidatura conjunta para las europeas, incluso antes que ERC. UDC rechazó igualmente una candidatura unitaria, apostando por que CiU concurriera a los comicios europeos -que se celebran con circunscripción única para toda España- con sus socios tradicionales del PNV.