¿Cómo valora los primeros pasos de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona?

Es pronto, hay una tradición democrática de esperar cien días para hacer una valoración. Está emprendiendo un camino que tiene un cierto riesgo, que es gobernar Barcelona con el apoyo de solo once regidores [sobre 41]. Posiblemente las circunstancias le han llevado a hacer estos primeros pasos de esta manera pero espero que sea capaz de conformar una mayoría más amplia.

Considerando que desde el primer momento el PSC manifestó su intención de apoyar la investidura de Colau, ¿fue poco elegante nombrar a Jordi Martí gerente del Ayuntamiento?

No, porque Jordi Martí no es miembro del PSC. Al revés, mi primera sensación fue positiva en el sentido de recoger la experiencia de los treinta y dos años de gobiernos de izquierdas en Barcelona. Cuando en algunos momentos Ada Colau había querido presentar su candidatura como una ruptura total con los gobiernos de izquierdas, nombramientos como este indica que ella valora lo bueno que se pudo hacer entonces.

Colau tiene una mayoría muy minoritaria, y está teniendo un inicio de mandato muy plácido. Manuela Carmena, aunque quedó segunda en las elecciones, tiene un mayor porcentaje de concejales que Barcelona en Comú, pero está viviendo unos primeros días de gobierno muy tormentosos. ¿Cuál es la diferencia?

No conozco lo suficiente la experiencia de Madrid, pero es verdad que en Barcelona en Comú hay una parte significativa que es ICV-EUiA que han estado en el gobierno de la ciudad, en el área metropolitana y a nivel catalán. Aportan una experiencia que quizás Manuela Carmena y su equipo todavía no tienen.

¿Cuáles serían las condiciones para que el PSC se incorporara al Gobierno municipal en Barcelona?

Lo único que pedimos es que haya un acuerdo programático sensato. Barcelona en comú han ganado las elecciones, presentaban un programa, nosotros teníamos el nuestro, hay muchos elementos en común y lo que queremos de un pacto es que sea transparente, claro y sólido y con vocación de durar cuatro años. Posiblemente se necesite un tiempo para madurar las condiciones de un acuerdo. Pero no hay, a priori, líneas rojas, hay la voluntad de colaborar, y si no lo conseguimos no seguiremos en la oposición.

Atendiendo al apoyo conseguido por Ada Colau en la investidura se ha reeditado el ‘tripartito’, solo que hace una década el PSC era la fuerza mayoritaria, y ahora es el tercer partido en apoyos. ¿Qué ha pasado?

El resultado de las elecciones en Barcelona ha sido malo para nosotros, sin duda, y tenemos que reflexionar muy a fondo sobre lo que ha ocurrido. Lo que nos ha afectado es que la batalla electoral quedó muy polarizada entre la continuidad de Trias y el cambio que significaba Ada Colau.

El voto útil…

Por eso a Jaume Collboni le costó mucho hacerse presente y pesar con sus propuestas. Por eso hicimos una campaña, la del #Nofotem para dejar claro que había otras alternativas. Pero muchos electores lo vieron así y optaron por ese voto útil en favor de Barcelona en Comú. Decía usted en la pregunta lo de “un tripartito cambiado”, pero ahora es distinto.

¿Por qué?

Porque cuando nosotros hemos gestionado Barcelona lo hemos hecho con acuerdos amplios, con presencia en el Gobierno municipal de las fuerzas que lo componían. Eso no es así, al menos por ahora, en Barcelona. Lo que ha habido es un apoyo afirmativo en la investidura, en clave de leer el resultado de las elecciones. Seguramente muchos que podían haber elegido la papeleta socialista escogieron a Ada Colau porque querían un cambio por la izquierda. Por eso el PSC ha hecho un voto de confianza, de generosidad, pero que no es un cheque en blanco y habrá que ver si la alcaldesa y su equipo pueden ampliar ese consenso y crear un gobierno de coalición. Y si no, hoy por hoy, estamos en la oposición y a menos que cambien las cosas seguiremos ahí.

En Sabadell se ha llegado a un acuerdo cuadripartito para que el PSC no gobierne. ¿Cómo lo valora?

En los ayuntamientos aunque se sea la lista más votada, si no se tiene mayoría, no se puede gobernar. En Sabadell se ha hecho una coalición contra el pasado de la gestión socialista. Eso es injusto porque creo que la valoración de nuestra pasada ejecutoria de gobierno no debería ser tan negativa.

¿Por?

Es que los ciudadanos no tienen una visión tan negativa cuando hemos seguido siendo la fuerza más votada. Además es injusta porque ahora no se presentaban lo que habían gobernado los últimos años, era gente que aunque había estado en el equipo municipal significaban una etapa nueva. Creo que el actual gobierno de Sabadell no va a tener la coherencia política ni la solidez para gestionar el Ayuntamiento, pero en todo caso ellos merecen los cien días para poder juzgar sobre hechos concretos.

¿Por qué el PSC ha aceptado en Castelldefels que el municipio pase a formar parte de la AMI?

Hemos dicho que no se supeditaran los acuerdos a cosas que no tienen que ver con los ayuntamientos. Para muchos partidos parecía que la única guía para establecer un pacto fuera la posición sobre el proceso. No hemos aceptado ese criterio, y eso nos ha llevado a que tengamos acuerdos en Calafell, que parece que va a ser el único municipio en Cataluña en que va a regir la Constitución si nos atenemos a la literalidad de lo que se dice, y en cambio en otros municipios se ha aceptado un criterio que para nosotros queda fuera de lo que corresponde a los ayuntamientos.

¿Entonces?

Como PSC respetamos los acuerdos que se hayan establecido a nivel local pero pedíamos como criterio general, y nos parece muy de sentido común, que no se supeditaran a aspectos que no tienen que ver con la gestión de un ayuntamiento.

Pero Castelldefels tendrá una alcaldesa del PSC con un municipio adscrito a la AMI. ¿No le puede perjudicar a su partido?

No quiero confundir mucho a los lectores de CRÓNICA GLOBAL, pero en el PSC llegó a estar el secretario general de la AMI, que era el Alcalde de Flix.

Pero se supone que mucha de esa gente ya ha dejado el PSC…

Quiero decir que no aceptamos una política basada en los frentes. Y lo que hemos intentado al máximo es dejar a los ayuntamientos al margen de ese tipo de debates. Para algunos partidos estas cuestiones son el alfa y la omega, para nosotros no y menos hablando de la política municipal. Y lo que no hemos hecho es supeditar alcaldías a estar o no estar. Eso, al fin y al cabo, corresponde a otras esferas, a las elecciones al Parlament de Catalunya o incluso a las elecciones generales, pero no a las municipales. Hay formaciones que han querido hacer de eso un ‘puntillo’, nosotros es verdad que en algunos casos hemos prescindido bastante porque no es lo que estaba en juego. Lo que estaba en juego en Castelldefels es si había una alternancia política, para ello hacía falta un acuerdo de varios partidos y algunos se han empeñado en una cosa absurda y que no corresponde a la esfera local.

El PSC ha aguantado bastante bien en el área metropolitana, a pesar que los augurios no eran buenos. ¿A qué lo achaca?

Lo sé y no lo sé. Creo que hay una valoración muy buena, a nivel general, de los gobiernos socialistas a nivel municipal. Pero es curioso, porque se dice “ha ganado la nueva política”, y no quiero poner la etiqueta de “vieja política” ni a mis compañeros ni a dirigentes de otras formaciones. Cuando ha ganado Lluís Tejedor en El Prat, ¿es una victoria de la “nueva política” o de la “vieja política”?

Con esto quiere decir…

Que han sido victorias de la buena política, donde se ha hecho buena gestión, ha funcionado. La victoria de muchos alcaldes socialistas quiero pensar que ha sido por una buena valoración de su labor. Por otra parte se dice “ha habido un vuelco hacia la izquierda”. En algunos casos a nuestros alcaldes se le ha acusado de haber hecho una política muy moderada y eso no ha impedido que ganasen. En muchos sitios no ha ganado lo más nuevo. En muchos sitios no han ganado lo más de izquierdas, sencillamente porque el gobierno que había se valoraba de forma muy positiva por los ciudadanos.

¿Teme que apoyar a una alcaldesa independentista en Badalona les pueda pasar factura?

En Badalona no estamos en el gobierno, lo que hemos hecho es plegarnos a lo que pensamos es el sentimiento mayoritario en aquella ciudad, que era proceder a un cambio de alcalde. Nosotros siempre hemos respetado la lista de izquierdas más votada, es un criterio que el PSC ha respetado a lo largo de treinta años. Y no hemos visto motivos para romperlo. Ahora bien, no participamos de ese gobierno, porque no vemos garantías suficientes que nos permita implicarnos en la gestión del Ayuntamiento de Badalona.

¿De qué depende?

Es una cuestión que está abierta y habrá que ver que derroteros toma ese gobierno, y si los socialistas incrementan su colaboración que hasta ahora se ha limitado estrictamente a favorecer la investidura de una alcaldesa que supone una alternancia. En Badalona se da además un caso que no es exactamente el de Castelldefels.

¿En qué sentido?

Xavier García Albiol había hecho una campaña y defendía unas propuestas que chirrían mucho con las nuestras. Nosotros creemos que el jugar a la división entre comunidades, entre religiones, entre etnias es un juego políticamente muy peligroso. Hemos querido dejar claro que no éramos indiferentes con la continuidad de alguien que ha hecho su campaña y su posición política basada en objetivos y planteamientos que no compartimos en absoluto.

¿La candidatura de Carmen Chacón a las primarias para encabezar la lista al Congreso por Barcelona es la vuelta de la 'hija pródiga'?

En el PSC tenemos mucha gente, pero también tenemos personas que aportan mucha experiencia y mucho capital político. Y estoy contento que ella haya decidido optar a las primarias. Primero porque son primarias y dejan libertad a otra gente para intentar presentarse, y segundo porque eleva el listón. A mí lo que me gusta del PSC es que tenga peso en la política española, y para tener peso hay que tener buenos resultados y buenos candidatos. Me gustaría ver en la lista del PSC futuros ministros, y si Carmen Chacón es elegida para encabezarla, es una candidata para ser ministra si hay un Gobierno socialista en España, como espero.

Otra mujer que está en el equipo de Pedro Sánchez es Núria Marín, la alcaldesa de L’Hospitalet. ¿La ve de ministra?

Alcaldes de L’Hospitalet ministros ya ha habido uno, Celestino Corbacho. Y su fama se la ganó trabajando en el ayuntamiento. Pero a Núria la veo tan implicada ahora mismo en la gestión municipal… Celestino posiblemente llevaba un poco más de tiempo como alcalde. Yo la sigo viendo en L’Hospitalet, pero las capacidades para serlo las tiene. Y en el PSC siempre hemos favorecido que la gente no quede estancada en un lugar, y hemos favorecido si se puede promocionar y adquirir nuevas experiencias o nuevas responsabilidades. De todas maneras estamos lejos de poder ir repartiendo ministerios.

¿Cómo valora que algunos padres exijan el cumplimiento de las sentencias que avalan que se den el 25 % de las horas lectivas en las escuelas en castellano?

Todos los ciudadanos tienen derecho a que las leyes y las sentencias se cumplan. Por lo tanto, si alguien lo exige está totalmente en su derecho. Lo que me gustaría es no tener que resolver problemas como este sobre la base de sentencias judiciales.

¿Cómo se pueden resolver?

Creo que en Cataluña habría que hacer un gran esfuerzo por renovar un consenso lingüístico que quizás hoy no es tan fuerte como lo fue hace veinte años. Probablemente una aplicación muy rígida de los criterios de inmersión lingüística ha hecho que haya gente que vean lesionados sus derechos y por lo tanto tenemos que hacer todos un esfuerzo para no tener que llegar a sentencias judiciales para poner las cosas en su sitio y para que todo el mundo vea que sus derechos son acogidos y entendidos por la administración.

¿Pero cómo ve que la consejera Rigau dé a veces la sensación que está más cerca de la insumisión que del cumplimiento de la ley?

Un responsable político tiene que cumplir las leyes, y respetar las reglas del juego del Estado de Derecho. Las leyes pueden no gustarte, y tienes todo el derecho a criticarlas e intentarlas cambiar, pero un responsable político no tiene derecho a incumplir la ley.

Así debería ser…

Entre otras cosas porque un dirigente tiene esa responsabilidad institucional porque la ley se cumplió en su día, porque hubo unas elecciones, se respetó el resultado, se configuró una mayoría en un parlamento y le dio acceso a formar parte de un gobierno. En Cataluña, de las cosas que más me preocupan del debate que se está produciendo últimamente es un cierto relativismo frente al Estado de Derecho. Y esto es un germen muy nocivo, de disolución de la propia sociedad. En esto soy una persona muy de ordenamiento jurídico. Tenemos unas leyes, unos tribunales, las leyes se cumplen, las sentencias se cumplen. Se pueden discutir, criticar, recurrir si es posible, pero no incumplirlas o desconocerlas.

Rocío Martínez-Sampere deja su escaño por motivos personales. ¿Cómo lo valora?

Gente como Rocío ha hecho una labor parlamentaria magnífica, y que haya decidido acabar con su vida parlamentaria lo considero una mala noticia. Por otro lado respeto mucho sus razones. Ella ha explicado que ha tenido que ver, también, con el proceso que llevó a las primarias de Barcelona, y que ha estado esperando a que pasaran las municipales y se constituyeran los ayuntamientos para tomar esa decisión. Lo único que puedo hacer es agradecerle lo que ha trabajado y desearle suerte en esta nueva etapa.

Muchos de los críticos han ido dejando el PSC en los últimos meses… ¿Cómo va la labor de recosido del partido?

Hemos sufrido antes que nadie, y con mucha fuerza, la división que genera el proceso soberanista. El PSC tenía la virtud, que en gran medida sigue teniendo aunque se ha visto muy tensionada, que convivía gente con sentimientos identitarios muy diversos. Pero en el momento en que una parte muy significativa del sistema político se empeña en dividir a la sociedad y decidir que el gran debate es “independencia sí o independencia no” eso sobre el PSC supone una tensión muy importante que ha llevado a que haya habido gente que se haya apartado y abandonado el partido.

¿Y?

Lo lamento y creo que en parte es muy inevitable, alguna vez he dicho que si alguna vez creo que no hay otra solución que la independencia dejaré el PSC, buscaré un partido independentista en el que defender este criterio. El PSC no es un partido independentista, cree que el encaje de Cataluña en España es posible, que es posible defender la identidad de Cataluña y su autogobierno en un proyecto federal dentro de España y Europa. Estamos viendo estos días las dificultades que también está teniendo Unió Democràtica y en la relaciones entre Convergència i Unió. Este debate está dividiendo. Hace unos días han tenido un referendo con un resultado muy ajustado que difícilmente es aceptado por quienes pierden.

¿Qué se puede hacer en estos casos?

Cuando se pone a votación cuestiones que tienen más que ver con los sentimientos que con los argumentos es muy difícil ponerse de acuerdo. Quienes piensen que la mera consulta resuelve el problema, desgraciadamente estamos viendo estos días que la cosa no es así. Nosotros somos más partidarios no de votar si la gente se separa sino dar la oportunidad a que los catalanes y el conjunto de los españoles voten un nuevo acuerdo. Y eso es lo que buscamos con la propuesta de reforma constitucional.

Y cuando ve la presión mediática e institucional que ha sufrido Unió. ¿No siente un cierto déjà vu?

Sí, porque el PSC durante cierto tiempo sufrió esa presión. Había medios que se dedicaban a alimentar posiciones que quizás no eran las mayoritarias en el PSC pero precisamente por eso eran ensalzadas, y en cambio eran despreciadas las posiciones de la mayoría de la gente del PSC. Ha habido medios de comunicación, incluso algunos públicos, que han tomado partido, que no se han limitado a ser notarios de la realidad, sino que han jugado en determinada dirección. Estos días en la consulta de Unió Democràtica también lo hemos visto, y el sentimiento de muchos socialistas y el mío, es de “esto lo hemos vivido antes, lo hemos sufrido en su día”.

¿Los medios de comunicación de la Generalitat están cumpliendo su misión de servicio público?

Creo que en los medios públicos de la Generalitat se han primado una serie de aspectos, de criterios de agenda política de unos partidos muy determinados. Y esto explica la configuración de determinados programas informativos, los temas, las agendas, el orden en qué se tratan… Pero no lo he dicho yo, lo han dicho personas que se han dedicado al estudio de la televisión, o la crítica televisiva, como Ferran Monegal, lo han criticado de forma muy razonada y argumentada. Y cuando me preguntan mi parecer sobre esto, tiendo a remitirme a estas opiniones autorizadas, para que nadie pueda decir que “esto es de un partido que se queja porque cree que sale poco”.

¿Cuál ha sido el problema?

Ha habido una manera de leer la realidad, que ha hecho de filtro de color que hace que las cosas se vean de determinada forma. Y eso está perjudicando en parte a la televisión pública catalana porque hay gente que ya no se siente reflejada por ella y que busca en otros canales o en otro tipo de medios la información. Creo que la televisión pública no debe tomar partido, y en cambio la televisión pública catalana muy a menudo ha tomado partido a favor del proceso soberanista. Y eso hace que los que no lo compartimos, a veces, nos sintamos incómodos.

¿Es necesario que la Generalitat tenga un delegado permanente en la UE cuando las instituciones europeas no lo reconocen?

Soy partidario que haya una representación de Cataluña en la Unión Europea, siendo conscientes que no tiene rango diplomático. Y ha de hacerlo en coordinación estrecha con los mecanismos de representación del Estado, de España. Pero es verdad que en la UE se ventilan muchos intereses territoriales, por ejemplo agrícolas. Veo mucho más discutible tener una delegación en Viena, o en el Vaticano, de tipo político. Estoy de acuerdo con que haya oficinas de defensa de intereses económicos o comerciales, como también tienen otras comunidades autónomas.

¿Y era necesario que Quico Homs fuera al Senegal?

La entidad del programa no parecía muy grande, pero no lo sé. A Cataluña le interesa tener una presencia en el extranjero, y no soy de los que dicen que los consejeros de la Generalitat no han de viajar. Pero apreciaríamos mucho más si fueran viajes con más contenido concreto, pero Homs es el responsable de la acción exterior del Govern y por lo tanto razones tendrá para ir allí. Pero no he sabido apreciar en ese viaje un especial interés.

Se habla mucho de un posible frente de izquierdas para las próximas elecciones autonómicas. ¿Cuáles serían las líneas rojas del PSC para aceptar formar parte, si se lo propusieran?

No nos lo han ofrecido, entre otras cosas porque hay partidos de los que están en ese frente que no consideran que el PSC sea de izquierdas. Y solo nos llaman cuando nos necesitan, como en Badalona.

Entonces en Badalona sí son de izquierdas…

Se ve que los votos del PSC son de izquierdas cuando hacen falta. La verdad es que tenemos un proyecto político socialdemócrata, de regulación de la economía, de redistribución, y creo que hay muchos puntos en común con esos partidos. Pero hay otros que no lo son, y por lo tanto me remito a Julio Anguita cuando hablaba de “programa, programa, programa”. En la medida que haya coincidencias programáticas hemos practicado siempre una política de alianzas abierta hacia la izquierda. No hago ascos a esa posibilidad, pero en estos momentos no nos la ha planteado nadie.

¿Irá el 11 de septiembre a la manifestación de la ANC en la Meridiana?

No.