La comisión del Parlamento autonómico sobre la quiebra de Spanair ha concluido este viernes sus trabajos y ha votado las conclusiones. Y no ve ningún tipo de responsabilidades políticas en la millonaria inversión pública en la empresa, que quebró poco tiempo después.
Así lo han impuesto los grupos de CiU, ERC y el PSC, que han votado en bloque a favor de sus respectivas conclusiones, a la vez que -con matices, en el caso socialista-, han rechazado también en bloque las del resto de los grupos.
Con sus diversas peculiaridades, los textos de convergentes, independentistas y socialistas concluyen que no cabe exigir responsabilidades políticas por la inversión pública en la compra de de Spanair a Scandinavian Airlines (SAS) en 2009 -durante el segundo tripartito-, que las tres formaciones consideran que fue una operación que aparecía como viable en su momento, e incluso una "oportunidad" para potenciar la economía catalana.
Además, afirman que la quiebra de Spanair se debió a diversos factores, en buena parte externos. Y que, aunque el proyecto resultara "fallido", que comportó "costes importantes, laborales y económicos", la inversión también ha dejado "beneficios diversos", en forma, por ejemplo, de mejora de las conexiones aéreas de Barcelona.
La apuesta por un 'hub'
El proyecto de Spanair pretendía potenciar la economía catalana por el método de convertir el aeropuerto de Barcelona en un hub para conexiones intercontinentales. El plan fundamental era que la compañía, desde su base en El Prat, contribuyera a aumentar el número de conexiones directas de largo alcance en el aeropuerto, entonces muy limitadas, con el objetivo principal de atraer multinacionales a Cataluña.
La apuesta de Spanair estuvo muy bien vista desde sectores secesionistas. Pero no únicamente: también buena parte de la sociedad civil y el empresariado catalanes lo apoyaron, e incluso firmaron un manifiesto, en 2007, que reclamaba acciones para convertir el aerouerto de El Prat en un hub intercontinental. Entre los firmantes se contaron el Círculo de Economía, la patronal Fomento del Trabajo Nacional, la Feria de Barcelona o la Cámara de Comercio de Barcelona.
Spanair entro en concurso a finales de 2011, con un déficit de 72 millones de euros, y tras haber recibido cerca de 200 millones de euros en ayudas públicas. El último consejo de administración de la compañía fue condenado en primera instancia el año pasado por concurso culpable.