Política

"La pregunta es si la protección al xenófobo [que reconoce la legislación española] debe otorgarle el derecho a boicotear cualquier ceremonia donde personas identificadas con los símbolos nacionales estén celebrándolos"

10 junio, 2015 14:04

Arcadi Espada, periodista y escritor, en una entrada publicada el pasado 2 de junio en el blog El Mundo por dentro:

"[...] El derecho de algunos ciudadanos españoles a luchar por la destrucción del actual Estado está reconocido por las leyes. No solo es que esté perfectamente prevista y amparada la crítica y la burla del himno, la bandera y cualquier institución del Estado que venga a cuento. Es que hay partidos cuyos objetivos políticos no son la sátira, sino el acabamiento de esas instituciones y sus símbolos. Es así como la legislación española reconoce la realidad peculiar de un país donde buena parte de sus ciudadanos no quieren convivir con otros. Pero incluso esa xenofobia, ya digo, goza de protección.

Ahora bien. La pregunta es si la protección al xenófobo debe otorgarle el derecho a boicotear cualquier ceremonia donde personas identificadas con los símbolos nacionales estén celebrándolos. Me parece indiscutible el derecho a fundar una revista, incluso de humor, y dedicarme a satirizar día y noche el hecho indudable de que en España uno reine por ser hijo de. También puedo presentar los resultados de la aplicación al lenguaje de sordos de la Marcha Real. Y tantas cosas puedo hacer, yo en mi insurreccional ingenio. Ahora bien. ¿Podría yo irrumpir en una misa y deponer sobre el cuerpo de Cristo? ¿Podría yo irrumpir en un homenaje al presidente Lluís Companys y cantar Els Segadors con una letra ad hoc cuyo estribillo dijera: «Ben mort que estàs!» ¿Podría yo irrumpir, metidos en himnos, en un homenaje a Blas de Lezo y arrancar el himno diciendo «Pata-palo, colgando de un cadalso...» a la manera ripiosa con la que arrancábamos cuando entonces, «Franco, Franco que tiene el culo blanco»? No. Mi libertad de expresión atentaría dramáticamente contra la de los reunidos en iglesias o palacios. Tan dramáticamente que primero me sacarían a patadas y luego me llevarían a declarar".