La jornada de caos en la red ferroviaria de Cercanías de Barcelona, que ha afectado a unos 80.000 usuarios, por una avería en el centro de control informático de Renfe, se ha trasladado también a la arena política. Con una virulencia mayor que en otras ocasiones, a solo tres días de las elecciones municipales de este domingo. Los principales contendientes en Cataluña, el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, y la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho. Con Adif, a un nivel más técnico.

Vila, en declaraciones a la prensa después de producirse el colapso ferroviario, y tras reunirse con el presidente de Adif -la entidad dependiente del MInisterio de Fomento que se encarga de la infraestuctura ferroviaria-, Gonzalo Ferre, ha mostrado un tono de absoluta indignación, muy diferente al discurso de concordia y diálogo con el ministerio -y, particularmente, con la ministra Ana Pastor- que ha exhibido en otras ocasiones.

"Absolutamente inadmisible"

"Es absolutamente inadmisible que un problema informático vuelva a poner en riesgo la fiabilidad de todo el sistema de Cercanías", ha exclamado Vila. "Que tomen decisiones", a pedido a Adif. "No basta con dar excusas. Si es necesario, que rescindan el contrato con este proveedor informático, o que lo sancionen, y que investiguen qué está pasando", ha añadido.

En este sentido, el presidente de Adif ha responsabilizado de la avería a su proveedor Schneider Electric, que, según ha explicado, ha sido "incapaz" de poner el sistema en funcionamiento, así como tampoco dos de los tres sistemas redundantes. ""Si han incumplido sus obligaciones aplicaremos el contrato, y si éste prevé sanciones, tendremos que sancionarles y cambiar de empresa", ha afirmado Ferre, en la misma línea que Vila.

A nivel técnico, pues, el encontronazo entre la administración central y autonómica no ha sido especialmente grave. Pero a nivel político, y a las puertas de unas elecciones, el enfrentamiento ha sido mayor.

"Hay un problema de fondo y es que el marco de competencia con que Cataluña puede hacer de regulador es muy pequeño", ha lamentado Vila. Que ha vuelto a recurrir al discurso victimista -pese al reciente anuncio de inversiones de Fomento y Renfe en Cercanías en Cataluña- para quejarse de al Gobierno de "demasiados años sin invertir en Cataluña", y de "una dejadez demasiado importante del sistema de Cercanías, en beneficio de la apuesta por el AVE".

Vila quiere la "gestión integral" de Cercanías

Pero aun hay más. Vila ha amagado con pedir "a corto plazo" el traspaso completo de las competencias ferroviarias. "Que sea el Gobierno [autonómico] de Cataluña el regulador", ha expresado. "Lo importante no es si el operador es público o privado, sino si hay una administración solvente, seria, rigurosa que actúa con contundencia cuando es necesario", ha añadido. "La gestión integral de Cercanías por parte de la Generalidad garantizaría un servicio de excelencia com el de FGC y Metro", ha afirmado.

Mientras tanto, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha intervenido en la polémica acusando al Gobierno autonómico de "deslealtad". La líder de los populares catalanes ha lamentado que la Generalidad "no invierte ni un euro" en Cercanías, y que "lo único que ha hecho es cambiarle el nombre", además de "criticar".

Camacho ha recordado el reciente anuncio de una inversión millonaria de Fomento en la red de Cercanías -1.200 millones de euros en 300 años, de los cuales 500 irán a parar a Cataluña, según ha precisado-. Y ha criticado también a los partidos secesionistas por aprovechar las incidencias para su discurso secesionista. "La independencia no es la llave mágica que todo lo arreglará", ha razonado.