La sucesión de Carme Forcadell al frente de la ANC ha suscitado una lucha interna entre los diversos sectores de la entidad secesionista que aspiran a hacerse con el poder. La inesperada victoria en las elecciones del pasado sábado de la escritora americana Liz Castro encendió todas las alarmas en las dos grandes familias que controlan la ANC y que habían dado su visto bueno para que Jordi Sànchez, el adjunto al Síndic de Greuges y ex dirigente de la Crida a la Solidaritat, fuera el sustituto de Forcadell.
Además de la vencedora provisional, Liz Castro, que ya ha expresado sus ganas por pelear por la Presidencia, los dos otros competidores que han surgido -Agustí Alcoberro y Rosa Alentorn- también han comunicado a la cúpula directiva su intención de competir por la Presidencia y hacer frente a Sánchez y Castro respectivamente.
Demasiado poder en juego
Ante este panorama, los miembros del nuevo secretariado están celebrando reuniones y encuentros desde el pasado domingo para elegir la nueva presidencia y vicepresidencia de la entidad secesionista. Una elección que resulta más complicada de lo esperada porque, cuando parecía que por fin habían llegado a un principio de acuerdo respecto al nombramiento de Sànchez como nuevo líder de la entidad, las elecciones del pasado sábado y la victoria de Castro han hecho replantear la situación.
Todo parece indicar que hay demasiado poder en juego como para no encontrar un mínimo de consenso. El principal riesgo que corre ahora la entidad es que se derive de ello una situación de colapso donde las dos principales familias, los denominados "carmelites" -liderados por Carme Forcadell- y los "pomes" -seguidores de Pere Pugès- no alcanzen un acuerdo.
Poca democracia interna
Fuentes de la entidad han señalado este miércoles que "no necesariamente" debe ser presidente el candidato más votado para el Secretariado Nacional, poniendo en cuestión que Castro tenga la confianza plena de la dirección de la entidad secesionista para asumir la presidencia. Según informa El Punt Avui, algunos miembros de la cúpula han afirmado que "es necesario ver cuál es la mejor combinación, y ver qué puede aportar cada uno". Unas declaraciones que dejan la puerta abierta a que Castro no sea la nueva líder.
Desde la cúpula directiva estarían estudiando si es mejor apostar por una nueva dirección que "tenga raíces fuera de Cataluña y que apueste por un discurso más social" con el fin de llegar a un sector de la sociedad que está indeciso respecto a la independencia y, de esta forma, "contrarrestar el unionismo más reaccionario".
Una apuesta, sin embargo, que no parece facil de asumir por las 'viejas glorias' de la entidad, que no quieren ver su poder reducido. En esta línea, han ofrecido Liz Castro renunciar a la Presidencia a cambio de ser la responsable de exteriores. Una oferta que Castro ha rechazado porque no renuncia a asumir el máximo poder en la ANC.