El escándalo de las prótesis defectuosas se agrava. La Consejería de Salud de la Generalidad de Cataluña está efectuando seguimiento a 2.800 pacientes a los que se les han implantado prótesis -especialmente de rodilla y de cadera- de la empresa Traiber desde 2005. El seguimiento se lleva a cabo después de que la investigación sobre el 'caso Innova', con epicentro en Reus (Tarragona) haya revelado que diversos médicos del hospital público Sant Joan de la localidad recibieron "presiones" por parte de altos cargos municipales de CiU para que usaran prótesis ortopédicas defectuosas y caducadas de esta empresa. 20 pacientes ya han tenido que volver a ser intervenidos, solo en Reus.
Según ha informado este lunes TV3, las operaciones con prótesis posiblemente defectuosas se llevaron a cabo en una treintena de hospitales catalanes, pero la mayor parte de las intervenciones, unas 1.500, se realizaron en el Sant Joan de Reus.
La teniente de alcalde, de CiU, detenida
Justamente la investigación del caso Innova, de presunta corrupción en torno a la sanidad pública y centrado en Reus, es la que permitió destapar el escándalo, y la primera teniente de alcalde de la ciudad, Teresa Gomis (CiU), y el propietario de Traiber, Lluís Márquez, fueron detenidos en abril y acusados de un delito contra la salud pública.
El jefe de Control Farmacéutico y Productos Sanitarios de la Consejería de Salud, Salvador Cassany, no obstante, ha querido lanzar un mensaje relativamente tranquilizador, explicando que "no todas las prótesis" analizadas "son defectuosas".
Según cuentan en la investigación exempleados de Traiber, y recoge este lunes 'El País', la empresa fue entrando en una deriva peligrosa: "De fabricar productos con componentes punteros, los jefes pasaron a comprar a proveedores cada vez más baratos. Luego, dejaron de fabricar y empezaron a reutilizar muestras no destinadas a pacientes. Lo último fue vender piezas caducadas de hacía años con los precintos alterados".