La alcaldable de Barcelona en Comú, Ada Colau, cuenta como grandes aliados en su candidatura con ICV-EUiA, formación que incluso se comprometió a financiar la campaña electoral de las elecciones del día 24. Pero hace ocho años, también en la campaña de las municipales, no se llevaba tan bien con los ecosocialistas. Hasta el punto de que llegó a interrumpir un acto de la entonces líder municipal de ICV en Barcelona, Imma Mayol.
Según recuerda este lunes El Punt-Avui, Colau irrumpió en un acto de Mayol en la campaña de las municipales de 2007 disfrazada de Supervivienda, en el marco de una campaña de la Asamblea Popular para el derecho a la Vivienda -embrión de la posterior Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que lideraría la propia Colau- protagonizada por actos de este superhéroe inventado para la ocasión.
De hecho, el papel de Supervivienda lo representaba habitualmente otro activista del mismo colectivo, Adrià Alemany, que posteriormente se convertiría en pareja de Colau, mientras que la ahora alcaldable era una habitual portavoz de las acciones del colectivo. Pero justamente el día en que decidieron reventar un acto de ICV fue Colau quien vistió el disfraz.
ICV, una "fuerza maligna" en 2007
En un video subido a Youtube entonces por el colectivo y que documenta la acción de protesta, Colau dice haber acudido para combatir a las "fuerzas malignas". Unas palabras que Colau acompaña señalando con el dedo a Mayol. Y que el colectivo refuerza, en el video, haciendo aparecer con cuernos y rabo de demomio a la entonces concejal ecosocialista.
La información de El Punt-Avui, además de recordar estos hechos, contiene dos sutiles dardos dirigidos a ICV y Colau. En primer lugar, recuerda que el sucesor de Mayol al frente de ICV en el Ayuntamiento, Ricard Gomà, pese a apoyar la unión de su partido con Colau "tuvo que marcharse". Y que en el acto de apertura de campaña de Barcelona en Comú el pasado jueves "recogía las sillas".
En segundo lugar, la información explica que, en 2007, Colau se oponía a construir más pisos para hacer frente a la necesidad de viviendas, con el argumento de que "de pisos ya hay un montón", y ahora, ocho años más tarde propone que el Ayuntamiento construya unos 1.000 pisos al año para destinarlos a vivienda social.