El presidente de la Generalidad, Artur Mas, sigue prometiendo que con la secesión se resolverían todos o casi todos los problemas de Cataluña y, al parecer, también algunos de los problemas del resto del mundo.
Este martes, durante una visita a la nueva sede de Oxfam Intermón en Barcelona, Mas ha asegurado que si Cataluña fuese independiente "sería fácil" incrementar sustancialmente el presupuesto de la Generalidad para la cooperación internacional. Incluso ha considerado que se podría "doblar" la aportación actual.
Así ha tratado de justificar los recortes en políticas de cooperación internacional que ha aplicado la Generalidad en los últimos años.
El resto de España también recibiría la generosidad de la Cataluña independiente
Pero la generosidad de Mas no termina ahí, y ha incluido al resto de España entre los receptores de la ayuda internacional de una supuesta Cataluña independiente.
En ese sentido, ha señalado que "durante un tiempo" la Cataluña independiente mantedría "corrientes de solidaridad con el resto Estado español". Una solidaridad que debería fijarse en "un calendario, con unos objetivos, en un proceso pactado con el Estado español".
Infla el déficit fiscal para cuadrar las cifras
El dirigente nacionalista ha explicado que, con la secesión, la Generalidad tendría "unos recursos adicionales" de entre 12.000 y 15.000 millones de euros gracias a la desaparición del déficit fiscal, a lo que habría que restar unos 3.000 millones de euros "de gastos de funcionamiento del Estado catalán que ahora no tenemos".
Sin embargo, la realidad es bastante diferente. Según datos de la propia Generalidad hechos públicos en junio pasado, el déficit fiscal de Cataluña por el método de la carga-beneficio (el más apropiado para realizar estos cálculos) en 2011 fue de 4.032 millones de euros (un 2% del PIB).
Esta cifra se aleja mucho de las que predica Mas, y a las que solo se llega calculando el déficit fiscal por el método del flujo monertario y, posteriormente, neutralizándolo (es decir, realizando un maquillaje contable que plantea la inexistencia del déficit público).
Además, son numerosos los informes de expertos que apuntan a que en caso de secesión los flujos comerciales entre Cataluña y el resto de España (que actualmente registran un amplio superávit para Cataluña) se verían fuertemente reducidos, lo que generaría una caída del PIB catalán y, en consecuencia, una reducción de los ingresos fiscales.
Cascada de promesas asociadas a la independencia
En cualquier caso, en los últimos meses desde la Generalidad no han dejado de lanzar promesas sobre las supuestas bondades de la secesión. En enero, el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, aseguró que una Cataluña independiente podría "doblar o triplicar" el presupuesto público para cultura.
Poco después, el consejero de la Presidencia y portavoz autonómico, Francesc Homs, señaló que con la secesión se solucionarían los retrasos en los pagos a las farmacias, las entidades sociales y los conciertos sanitarios y educativos. Y en marzo Mas asoció la independencia de Cataluña a conseguir "la plena equidad entre hombres y mujeres".