Nunca había habido ninguna violación institucional tan grave como la ahora cometida por el Gobierno de la Generalidad contra el principio democrático básico de la separación e independencia de los poderes. Mas se ha pasado por el forro tres decisiones formales y concretas del Parlamento autonómico sobre sanidad. Ha sido en cuestiones básicas que permitirán enterrar definitivamente la sanidad pública. El espectáculo se complementa con silencios mediáticos incomprensibles.
Son tres notorias decisiones del Parlamento catalán sobre sanidad que fueron aprobadas por todos los grupos parlamentarios. Fue gracias a que ERC, hasta entonces eterno cómplice de CiU en la destrucción de sanidad, cambió de trinchera.
Barnaclínic, Lérida y datos médicos personales
Así, el legislativo aprobó una auditoría interna de la inefable Barnaclínic (ente privado dentro del jurídicamente público Hospital Clínico), precisando que, mientras se efectuara, aquel centro tenía que detener su actividad. En segundo lugar y siempre gracias al cambio del voto de ERC, el Parlamento autonómico decidió parar el desmenuzamiento del Instituto Catalán de la Salud (ICS) en Lérida, preludio de su dependencia fáctica de la sanidad privada, en una demarcación donde, ay, la sanidad privada es mínima. Después de Lérida, se hará lo mismo en las otras tres provincias. En tercer lugar, el legislativo catalán había decidido parar la venta de datos médicos personales, hasta ahora públicos, a empresas privadas, siempre gracias al cambio de criterio de ERC.
La respuesta de Mas fue ignorar las decisiones del Parlamento autonómico, con una insolencia, una urgencia y un menosprecio de la democracia que dejan boquiabierto. Inmediatamente antes de despreciar al Parlamento, Mas se aseguró la complicidad de ERC, accediendo a concertar una "candidatura unitaria" secesionista, lo que le había estado proponiendo ERC y a la que CiU se había negado hasta entonces mismo.
Maximalismo secesionista a cambio de recortes
Mas y Junqueras firmaron otra "hoja de ruta" de un folio y medio que no cambia nada, excepto incrementar el radicalismo verbal, tan deseado por ERC, para terminar de separar a CDC de UDC, cosa ya inevitable. Carente de toda posibilidad de recuperar algo de catalanismo moderado, CDC se instala en el maximalismo de ERC, donde CDC acabará siendo engullida, finalmente.
La rapidez y la coincidencia en el tiempo han sido espectaculares, llamativos, así como lo ha sido efectuarlo en el momento mismo del inicio de unas vacaciones.
Me costó poco averiguar, gracias a fuentes honestas de la propia Generalidad, la sórdida realidad del acuerdo. ERC obtiene, como contraprestación, más radicalismo secesionista, mientras CiU logra liquidar los pocos escrúpulos sanitarios que pudiera tener ERC.
Mas, dispuesto a todo para ser reelegido
A la vez, las fuentes me detallaron que quien reclamó el acuerdo fue Mas. Éste, desde siempre quiere destruir lo poco que queda de la sanidad pública, pero ahora el propio Mas es más exigente que nunca, en la perspectiva de las tres caras campañas electorales que están al caer, donde él cree que es determinante la digamos generosidad del 'sector de los negocios sanitarios de CDC'.
El poder de este 'sector' es, desde hace unos treinta años, clave en todo el sistema, se puede argumentar que nació a su medida. Son aquellos poderes económicos fácticos y de CDC los que mandan y que, en un orden siempre creciente, pueden hacer que CDC tenga dinero o no.
Sector sanitario de CDC muy enriquecido
Como he escrito tantas veces, es pensando en este sector, infinitamente rico o mejor dicho enriquecido, que Mas acordó y dirige (aunque no entienda ni papa) la descarada destrucción sanitaria. Escuchó y dijo que de acuerdo. Volví a dar nombres y detalles hace pocos días. También expuse cómo La Vanguardia fue determinante para justificar unos curiosos cursos de presunta integración de extranjeros, que se presentaban como poco claros.
Sin considerar el aspecto complejo y multiforme, con mezcla de intereses, del sistema sanitario real y efectivo, creado desde la Generalidad, no se puede entender la opacidad, ni cosas aún peores, de la sanidad catalana. Por eso a Mas no le ha importado reírse públicamente del Parlamento autonómico. Es capaz de eso y de más. Mas cree que con mucho dinero aún podría ganar las elecciones y que sin mucho dinero las perdería.
Un decisivo 'sector de negocios'
Hoy martes se debería ver -si viviéramos en un mundo político racional- por dónde pueden ir los tiros. Sería lógico que todo lo que cuento, y que podría contar con aún más detalle, determinara la acción del conjunto de las fuerzas políticas, llevando a un debate parlamentario y mediático claro y decente. Pero me temo que ERC y CDC continuarán tirando por el camino del medio, no por el camino del Derecho más elemental. Me cuentan que dentro de ERC saben lo que expongo y hay malestar. ¿Es un "número" o saldrá alguna cosa? En un partido donde la portavoz de sanidad es Alba Vergés puede acabar en nada.
En todo caso, la relación opaca y determinada que hay entre la dirección de CDC y su 'sector de los negocios sanitarios' es la realidad pura y dura, desde que Xavier Trias asumió y fortaleció el que sigue siendo el modelo real de poder sanitario catalán. Es la madre del cordero. Se ha de liquidar.
Un sector que domina la política catalana
Movido por la desesperación que le provoca poder perder las elecciones del 27S, según indican todas las encuestas, Mas ha mostrado la realidad del tema. Es lo que reiteradamente expuse, con nombres, datos y gran tristeza, en los últimos años.
La responsabilidad de CDC es inmensa. No ha habido nunca ningún sector de la vida social ni de la administración que siempre haya estado tan ahogado por CDC como la sanidad pública. Ahora está rematando los aspectos institucionales de la sanidad pública -como es tener que aplicar el Derecho administrativo- para que quede definitivamente prisionera de aquel sector de CDC. También resulta obvio el miedo de CDC a perder la Generalidad. Por lo tanto, digamos que piensan en ir por la vía de "externalizar" el sistema sanitario, para así poder dominar, desde fuera de la Generalidad, la parte más opaca. La cosa va de miles de millones de euros. Algunos hace tiempo que nos afeitamos.
Los que dominan el dinero privado de la sanidad
Ahora, desde CDC y la Generalidad, dominan muchos centros de poder sanitario y, por tanto, político y social. Así, pueden obrar desde el Colegio de Médicos de Barcelona (gracias a Jaume Aubia y su servidor, el presidente de la entidad, Jaume Pedrós), desde las dos patronales (una de ellas antes en manos del escalofriante y ahora multimillonario socialista Josep Abelló Padró) pasando por empresarios de CDC (convertidos en multimillonarios gracias al sistema sanitario) como Feliu Sucarrats, Higini Raventós, Ramon Bagó y la familia Sumarroca. Luego hay bandadas de colaboradores necesarios.
Con la disminución de la obra pública y de toda la construcción, la sanidad es el campo predilecto de CDC para ganar dinero, poder y sobre todo control político. En realidad, siempre fue un campo preferente.
Medios serviles al servicio de lo que sea necesario
Este sector sanitario de negocios sanitarios puede contar, por supuesto, con todo el aparato mediático de la Generalidad, encabezado por TV3, autora de monstruosidades, sin pizca de vergüenza. Son publirreportajes, pero gratuitos. Lo mismo ocurre con los medios radiofónicos y de prensa de la Generalidad y los independentistas, tan descaradamente subvencionados.
Cabe destacar bien la relación estrecha entre Jaume Aubia, siempre el principal poder fáctico del Colegio de Médicos de Barcelona, y Josep Caminal, jefe de Secretaría del Conde de Godó, si bien con el inmodesto título de "Director General de la Presidencia del Grupo Godó ". Es una persona sin formación y con toda la ambición del mundo, poco acompañada de escrúpulos.
Aubi, Caminal, La Vanguardia y el poder
Hay que añadir que en el marco financiero y empresarial propio del Colegio de Médicos de Barcelona (creado y dirigido por el propio Aubia) entró un banco andorrano, como expliqué en su día en un buen número de artículos en El Debat.
También existe una estrecha relación entre Caminal y miembros de una saga bancaria andorrana, centro de recientes comentarios periodísticos, nada críticos. Se entiende que La Vanguardia, barnizase hasta el ridículo las informaciones sobre el último escándalo bancario andorrano. Hay razones de relación personal que pasan por Caminal.
Un mundo sanitario unido a CDC
En síntesis, hay un digamos "paquete" sanitario estrecha y complicadamente unido a CDC. Esto quizás implica muchas cosas. Como mínimo es kitsch o camp, como diría la añorada Susan Sontag. Los grandes temas, y tener una sanidad equitativa, moderna y adaptable a los progresos médicos es un inmenso tema. Por definición debe haber una buena estructura y gente muy honesta a la cabeza. Ahora tenemos todo lo contrario, tanto dentro de la organización sanitaria como en el mundo parásito de su entorno inmediato.
En efecto, por su importancia, por la delicadeza vital (nunca mejor dicho) de su finalidad, por el volumen del dinero que mueve, la sanidad pública -y lo ha de volver a ser, sobre todo en cuanto a estructuración y control- requiere una honestidad hoy y aquí insólita.
Alejar la sanidad de la politiquería
Pero, además, por razones históricas y culturales profundas, no puede ser un arma más de poder político. La única solución para evitarlo es el autogobierno institucional, es decir ubicar la sanidad en el marco institucional pero no al gubernativo. Hay que alejar la sanidad de la politiquería. El derecho a la salud de los ciudadanos es lo suficientemente importante para no ser función de nada más.
De momento, preconizar esto es como picar en hierro frío. Por tanto, es como funciona el Servicio Nacional de Salud (NHS) británico, en el que se inspiró, con buen sentido, el primer consejero de Sanidad, el entonces eurocomunista y ahora más bien socialdemócrata Ramon Espasa.
Debería ser urgente reflexionar sobre ello, en Cataluña mucho más que en ninguna parte del Estado, por razones específicas que podría contar. Esta es una realidad que en las Tierras del Ebro adquiere proporciones patéticas. Allí la utilidad política del poder sanitario y el papel que juegan los médicos de CDC es espectacular. No debería ser así, por el bien de la población afectada.
Hay que esperar a ver cómo se disloca el inmenso escándalo objetivo que representa el hecho de que, a día de hoy, Mas y Junqueras se rían del Parlamento autonómico. Por lo tanto será necesario retomar el tema, con los elementos de hecho que haya respecto al omnipotente 'sector de negocios sanitarios de CDC'.
Caciquismo y feudalismo contra modernidad y progreso
Cuando se ha querido ir al fondo de todo -y cargarse la separación de poderes lo es- también resulta lícito y necesario ir al fondo de nuestro drama sanitario. Unos quieren recuperar el caciquismo (¿qué es sino el poder del sector de negocios sanitarios de CDC?) o el feudalismo (¿qué había antes del constitucionalismo, con su separación de poderes?), otros tenemos el derecho de defender e ir asumiendo la modernidad y el progreso.
Por último, destacamos un elemento de realismo brutal, por no decir sangrante. Resulta que ayer lunes por la mañana recibí el siguiente tuit de los médicos adjuntos del servicio de urgencias del Hospital del Valle de Hebrón de Barcelona, el mayor hospital de Cataluña.
Esperando incluso en casos de vida o muerte
Decía: "Domingo 5; 51 (cincuenta y un) pacientes pendientes de ingreso, 3 (tres) de ellos pendientes de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). El más antiguo, tres días, todo el puente, en UCIAS (Urgencias)". ¿Alguien puede ser tan desvergonzado como para negar que esto tiene que ver con la vida y la muerte, con la equidad y con los recortes sanitarios de Mas, Mas-Colell y Ruiz?
Mientras tanto, CDC y ERC juegan a tonterías, o a reírse de principios universales, europeos y constitucionales españoles que están obligados -jurídicamente y moralmente- amparar. Mientras, muchos partidos, así como muchos sindicatos miran hacia otro lado, y no digo nada de los principales medios de comunicación catalanes. La broma resulta demasiado pesada.