La teórica alianza entre CiU y ERC para llevar a cabo su proyecto independentista es ya más formal que otra cosa. Tras los múltiples reproches mutuos que se dedicaron ambas formaciones justo desde la celebración del simulacro de consulta del 9N, y con el paréntesis breve del acuerdo para convocar elecciones autonómicas anticipadas -con carácter de plebiscito sobre la independencia- en septiembre, vuelven las recriminaciones. En público, en sede parlamentaria, y sin tomarse la molestia de disimular la acritud.
La última escenificación de este desencuentro se ha producido este miércoles, durante la sesión de control al presidente de la Generalidad en el Parlamento autonómico. "¿Verdad que el proceso [refiriéndose al proyecto secesionista] sigue adelante?", ha espetado a Mas la 'número 2' de ERC, que ha pedido esta confirmación explícita teniendo en cuenta que "ERC ayuda al Gobierno [autonómico] y tenemos un preacuerdo amplio sobre la hoja de ruta, pese a las diferencias ideológicas".
Acritud en pregunta y respuesta
Y si la pregunta de Rovira, "¿verdad que el proceso sigue adelante?" ha podido parecer punzante, la respuesta de Mas ha sido aun más ácida: "¿Verdad que no tienen ninguna duda de ello?", ha contraatacado el presidente autonómico.
Tras el rifirrafe, ambas partes han procurado suavizar el tono. Rovira ha explicado que la labor de las fuerzas independentistas ha de ser "convencer", en alusión tácita a las supuestas bondades del proyecto secesionista, y que esto se logra con "estructuras de Estado". Mas, a su vez, ha agradecido los "apoyos explícitos para poder continuar adelante", refiriéndose también al plan secesionista.