El Gobierno no ve en absoluto con buenos ojos la ofensiva del Ejecutivo autonómico para intentar difundir internacionalmente el reto secesionista de CiU y ERC abriendo nuevas delegaciones de la Generalidad en el exterior -las popularmente conocidas como embajadas-. E incluso anunció que estudiaba recurrir ante la justicia ordinaria la apertura de las últimas embajadas, y de hecho ya ha aprobado recurrir ante el Tribunal Constitucional la ley autonómica bajo la cual se están abriendo. En cambio, no planea cerrar ninguna de las delegaciones ya abiertas. Así lo ha revelado este martes el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, que, no obstante, ha recordado a la Generalidad su oferta para integrarlas en las sedes diplomáticas españolas.
"En ningún caso se van a cerrar", ha asegurado este martes García-Margallo, en un almuerzo-coloquio organizado en Barcelona por el Círculo Ecuestre. El ministro también ha querido dejar claro que las administraciones autonómicas, pueden crear "las oficinas que tengan a bien para el desarrollo de sus competencias". Dicho lo cual, ha recordado que el propio Gobierno autonómico sí podría decidir cerrar delegaciones. Y ha apuntado que sería conveniente que lo hiciera, por razones de eficiencia y de ahorro.
Así, García-Margallo ha reiterado su oferta a la Generalidad para que los funcionarios desplegados en las embajadas autonómicas trabajen desde "las oficinas que ha desplegado ya el Gobierno central", y ha argumentado que de esta manera la Generalidad podría "estar más presente en más países con menos dinero". "Mi convicción es que es más barato y eficaz crear sinergias para favorecer la exportación", ha señalado.
El problema de los "estados enanos"
En su intervención, García-Margallo se ha ceñido básicamente al panorama actual de las relaciones internacionales, pasando de puntillas por el reto secesionista. Pero sin eludirlo completamente. El ministro ha advertido al entorno secesionista de las dificultades prácticas que tendría una eventual Cataluña independiente en un mundo marcado por la "imparable globalización", cuando ha indicado que "solo los grandes estados soberanos y las organizaciones de estados pueden hacer frente a las presiones de las grandes corporaciones", y que en ningún caso pueden resistir estas presiones "los estados enanos".
Aunque no ha citado a una hipotética Cataluña independiente como ejemplo de estos "estados enanos", sí ha nombrado a uno de los tradicionales espejos que se pone el secesionismo, Finlandia, cuando ha afirmado que su política fiscal "la marcaba Nokia", la principal multinacional del país nórdico.