Diametralmente opuestos los presagios que han hecho hoy el PSC y el PP catalán sobre el futuro de la relación entre CDC y UDC, unos días después de que se desatara la última crisis entre los dos socios de la federación de CiU, a cuenta del papel de los democristianos -y más concretamente de su líder, Josep Antoni Duran Lleida-, en relación al reto secesionista que avala el presidente de la Generalidad, de CiU y de CDC, Artur Mas. Mientras unos creen que la federación nacionalista está abocada a la ruptura por sus diferentes posiciones sobre una eventual secesión, los otros creen que esta separación ya no se producirá, al haberse rebajado el fervor separatista.
Por una parte, el alcaldable del PSC por Barcelona, Jaume Collboni, ha asegurado que las diferencias entre CDC y UDC "no se han resuelto" pese al comunicado conjunto de ambas formaciones que pretendía dar por cerrada la crisis de la semana pasada.
Todo lo contrario, Collboni ha opinado que se trata de "un juego de manos para hacer ver lo que parece irreversible, la ruptura de CDC y UDC por un tema muy importante y básico que es el futuro nacional de Cataluña".
El independentismo, "de baja"
Por otra parte, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha aportado una interpretación completamente opuesta. "Si CDC y UDC no se han separado cuando el independentismo estaba en su punto álgido, no lo harán ahora que está de baja", ha opinado, también este lunes.
Sánchez-Camacho también ha asegurado que si CDC está matizando ahora el discurso abiertamente independentista que había mantenido en los últimos años es precisamente para contentar a UDC.