El alcalde de Barcelona, el convergente Xavier Trias, no tiene ninguna intención de defender ante la administración autonómica los intereses de la ciudad -entre los cuales destaca la deuda que mantiene la Generalidad con el Consistorio- hasta después de una hipotética independencia. Como ha dejado meridianamente claro cuando ha afirmado que el cobro de esta deuda debe aplazarse al momento en que Barcelona sea "capital de Estado".
"Cuando seamos capital de Estado, ya nos pelearemos con la Generalitat, porque nos podrán tratar mejor", afirmó ayer martes Trias, en respuesta a las críticas de la oposición por no exigir a la Generalidad el pago de la deuda, en un almuerzo-coloquio organizado por El Punt-Avui que recoge este miércoles el rotativo. Trias argumentó que "ahora" no cabe exigir esta deuda porque "nos encontramos en una situación económica catastrófica", refiriéndose a la Generalidad y no al Ayuntamiento -que tiene las cuentas razonablemente saneadas-.
En el mismo acto, Trias insistió en poner al Ayuntamiento de la ciudad al servicio del desafío independentista que avala el presidente de la Generalidad y de su partido, Artur Mas -y gran valedor personal de Trias-.
"Toda nuestra capacidad de influencia", a favor de la "transición nacional"
"Me comprometo a desplegar toda nuestra capacidad de influencia, en beneficio de la transición nacional", proclamó. "Barcelona necesita un gobierno fuerte, que trabaje a favor del derecho a decidir", añadió Trias, para quien las próximas elecciones municipales del mes de mayo son "muy importantes para mantener vivo nuestro proceso nacional".
"Este proceso de transición tiene un aliado muy importante, el Ayuntamiento de Barcelona. Sin él, no tendría tanta fuerza", añadió aun Trias. "Si queremos hacer un nuevo país, necesitaremos una gran capital. Una capital es también una estructura de estado que hay que construir entre todos", sostuvo.