Las formaciones catalanas que apoyaron la convocatoria de una consulta independentista para el pasado 9N, CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP han reaccionado negativamente a la sentencia de este miércoles del Tribunal Constitucional (TC) que anula dicha convocatoria. El otro partido que apoya -aunque con matices- el denominado "derecho a decidir", el PSC, por su parte, ha llamado al diálogo.

Desde CiU, su diputada en el Congreso Montserrat Surroca (UDC), ha metido en el mismo saco al TC y al Gobierno, y ha lamentado que "cierren puertas" a la "demanda mayoritaria de la sociedad catalana" de ejercer el "derecho a decidir". "Un problema político tiene que resolverse con una respuesta política", ha añadido. a la vez, ha explicado que su formación opina que la Generalidad sí tiene competencias para realizar una consulta no referendaria, por lo que no comparte el contenido de la sentencia.

Bosch: "Fueron a votar 2,3 millones"

Por ERC, su portavoz en el Congreso, Alfred Bosch, ha atacado a los representantes del PP en el hemiciclo, a los que ha recriminado que "aplauden que declaren ilegales e inconstitucionales los actos de 2,3 millones de personas que fueron a votar", en referencia a la cifra de participación -un tercio de los llamados a votar- en la pseudoconsulta celebrada efectivamente el 9N -ya prohibida en su día por el TC, y de la cual no se ocupa directamente la sentencia de hoy-.

El portavoz de ICV en el Congreso, Joan Coscubiela, por su parte, ha destacado que, aunque el TC anule parte de la ley autonómica de consultas, no podrá anular "nunca" la movilización ciudadana que se produjo en Cataluña el 9N. Al igual que la representante de CiU, Coscubiela ha opinado que la situación en Cataluña necesita una solución política, y que se equivocan los que quieren encontrar "esa solución echando mano de los tribunales o del TC".

Por parte de la CUP, su diputado autonómico David Fernández ha resaltado que su formación no concede legitimidad alguna al TC, y que la sentencia del Alto Tribunal llega "tarde" y es "absolutamente inútil", desde el momento en que ya se celebró una consulta el 9N. "Las urnas han llegado para quedarse y ningún tribunal estará por encima de la libre voluntad de nuestro pueblo", ha proclamado.

El PSC, en medio

Diferente ha sido la posición del PSC, que apoya el "derecho a decidir", pero se opone a celebrar un referéndum independentista sin un acuerdo previo con el Gobierno, por lo que rechazó la convocatoria del 9N.

Así, su diputado en el Congreso Joan Rangel ha criticado tanto al Gobierno como a la Generalidad, llamando al diálogo y señalando que las posturas enfrentadas "llevan a un fracaso tras otro", por el "inmovilismo" del Ejecutivo y la "huida adelante" del Gobierno autonómico. Como los representantes de CiU e ICV, Rangel ha pedido igualmente una solución política.

Rangel también ha resaltado la peculiar posición intermedia de su partido en el debate en torno al "derecho de decidir", cuando ha recordado que el PSC apoyó en el Parlamento autonómico la ley de consultas, pero señaló que esta no servía para celebrar una consulta independentista como la que se convocó para el 9N.