Los mercados no han recibido con entusiasmo las primeras medidas 'antiausteridad' presentadas por el nuevo Gobierno de Grecia, encabezado por Alexis Tsipras: la Bolsa de Atenas se ha desplomado un 9,24% (desde los 783,53 enteros hasta los 711,13) y la prima de riesgo se ha disparado 100 puntos básicos, llegando hasta un máximo intradiario de 1.040,4 puntos básicos.
Esta ha sido la respuesta al anuncio por parte del Ejecutivo griego de paralizar la privatización de empresas públicas, subir las pensiones a las personas con ingresos bajos, recuperar algunos de los funcionarios que fueron despedidos, y renegociar el rescate acordado con la Unión Europea.
Los bancos, los más afectados
Entre los principales afectados por el hundimiento de la bolsa (que el lunes y el martes ya había caído el 3,2% y el 3,64%, respectivamente) se encuentran los bancos: las acciones de Piraeus Bank han perdido un 29,26% de su valor; las de Alpha Bank, un 26,76%, las de Eurobank Ergas, un 25,93%; y las National Bank of Greece, un 25,45%.
Además, la cotización de la Corporación Pública de Energía de Grecia (PPC), la mayor del país, ha caído un 13,93%, tras conocerse que ha el Gobierno de Tsipras ha decidido paralizar la venta del 30% de la compañia.
Retirada de depósitos por miedo a un 'corralito financiero'
El aumento de la prima de riesgo es consecuencia de que la rentabilidad de los bonos griegos a diez años han pasado de cotizar al 9,595% en el mercado secundario a situarse en el 10,754%. El bono a cinco años ha pasado del 11,826% al 13,621%, mientras que el del bono a tres años ha subido desde el 13,754% hasta el 16,948%.
A todo esto se suma la fuga de depósitos que están sufriendo los bancos griegos, que demuestran el temor a un posible impuesto sobre el capital y a un 'corralito financiero'. Si en diciembre pasado los ciudadanos griegos retiraron 3.000 millones de euros de sus cuentas, los datos apuntan a que esta cifra habría aumentado hasta los 11.000 millones durante este mes de enero (reduciendo los depósitos totales del sistema financiero un 8,5%, al pasar de 164.000 a 150.000 millones), lo que, a su vez, hace más probable que se puedan implantar restricciones a los movimientos de capital.