El ex presidente de la Cominidad de Madrid Joaquín Leguina (PSOE)

El ex presidente de la Cominidad de Madrid Joaquín Leguina (PSOE)

Política

Leguina culpa al PSC del auge de la "frustración nacionalista" en Cataluña y cuestiona la "inteligencia" de Navarro

El ex presidente socialista de la Comunidad de Madrid pone en tela de juicio el liderazgo de la actual dirección del PSC "porque se ha puesto en un terreno que no era el suyo. [...] Debería hacérselo mirar. Han perdido la mitad de los votos y han perdido la mitad de la representación".

18 marzo, 2014 13:56

El ex presidente socialista de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, ha criticado al presidente de la Generalidad, Artur Mas, por haberse "metido en un callejón sin salida del que saldrá escaldado", y al mismo tiempo ha afeado al líder del PSC, Pere Navarro, por haberse colocado "en una parcela que tradicionalmente ocupaba el nacionalismo" y hacerle el juego a quienes "consideran que hay una lengua propia y otra que usan algunos charnegos".

"¿Cómo puede defender un partido que en un momento dado representó bastante bien los intereses de la gente inmigrada en Cataluña el derecho a la autodeterminación?". Con este planteamiento sintetiza Leguina lo que ocurre en Cataluña y el papel que, a su entender, ha adoptado el socialismo catalán "desde que Maragall se hizo cargo de la candidatura de la Generalidad".

En una entrevista para El Punt Avui, el ex presidente autonómico ha puesto en tela de juicio "la inteligencia política" tanto de Mas como de Navarro. Del primero, dice, "porque no mide ni los medios ni los fines, cosa que es elemental en política"; y del segundo, "porque se ha puesto en un terreno que no era el suyo [...] Debería hacérselo mirar. Han perdido la mitad de los votos y han perdido la mitad de la representación".

"Quieren hacerse perdonar ser inmigrantes" 

Leguina celebra, no obstante, que en el PSC "ya no siguen lo que dicen los separatistas en todas sus manifestaciones", pero lamenta en cualquier caso que "el gran error del PSC desde sus acuerdos con el PSOE de Felipe González es no haber defendido como correspondía a esas capas [de catalanes llegados del resto de España] y no haberles integrado de otro modo en la política".

En efecto, de aquellos "inmigrantes" o castellanoparlantes que se declaran independentistas -como el colectivo Súmate-, Leguina ha dejado dicho que "quieren hacerse perdonar ser inmigrantes".

El secesionismo también en estas filas se explica, según el ex líder socialista, en parte por las "frustraciones del Estatuto" y en parte por la "locura en que ha caído la dirección de CiU, que era gente hasta hace poco bastante moderada".

"Esto es lo contrario de lo quiere un socialista" 

"Se están suicidando a plazos", ha considerado, "están un proceso enloquecido, lo veo todo posible" -incluso unas elecciones de tipo plebiscitario- "pero eso no quiere decir que lo consigan", ha añadido. El llamado "proceso" se frena, a su juicio, del siguiente modo:

"Combatiéndolo en el campo político, ideológico. No dejando pasar ni una. Demostrando las derivas a que conduce la independencia: la creación de dos comunidades y la destrucción del Estado. Esto es lo contrario de lo que quiere un socialista. Hace falta plantarles cara y defenderse. [...] No hay democracia sin votar, pero no votar cualquier cosa. La democracia son derechos civiles y atenerse a la ley".

Leguina ha asegurado, además, que el castellano está perseguido en Cataluña "en buena medida". Y esto "porque los nacionalistas no han admitido que Cataluña fuera bilingüe. Consideran que hay una lengua que es la suya propia y otra que la usan algunos charnegos".

En este sentido, Leguina, que ha publicado Historia de un despropósito -obra crítica con "las derrotas" de Zapatero- ha atribuido "un error tremendo" a Pasqual Maragall y al propio José Luis Rodríguez Zapatero por haber dado vida a "un engendro", esto es, el Estatuto de Autonomía, tanto el que emanó del Parlamento autonómico como el que se votó en el Congreso, con el que ambos dirigentes empezaron "un proceso sin saber el final" y que "produjo el cabreo de muchísima gente, frustración nacionalista y un mal para Cataluña y el resto de España".