El teatro político catalán está en un momento en el que hacer predicciones parece especialmente arriesgado, con el presidente de la Generalidad, Artur Mas, manteniendo en vilo -hasta el jueves- a rivales, correligionarios y ciudadanos en general sobre la fecha de las próximas elecciones autonómicas. Como muestra, dos vaticinios de este mismo martes, de dirigentes del mismo partido, el PP. Y ambas, totalmente diferentes.
En declaraciones a la prensa, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha predicho este martes que Mas no convocará elecciones hasta el otoño, ya que, según ha argumentado, el presidente autonómico tomará la decisión pensando únicamente en su "supervivencia política". "No quiere adelantar elecciones porque las encuestas le pintan mal, porque sólo piensa en él y en su partido, porque es lo que más le beneficia", ha opinado Camacho.
La líder de los populares catalanes se ha dirigido no a sus potenciales votantes, sino a los independentistas, a los que cree que Mas ha "engañado", al apostar en un principio por el proyecto secesionista pero, luego, anteponer sus propios intereses partidistas. "Todo el mundo independentista tendría que ver la verdadera cara de Artur Mas. Para él no son prioritarios los catalanes, sino que para él es prioritario su partido y sus encuestas", ha dicho Camacho.
Floriano recuerda que Pujol comparece en marzo
Una predicción, la de Sánchez-Camacho, muy alejada de la del director de campaña del PP nacional para las municipales y autonómicas, Carlos Floriano, que cree que Mas convocará los comicios en torno al mes de marzo, para abortar los trabajos de la comisión del Parlamento autonómico sobre el 'caso Pujol', y, sobre todo, para evitar las comparecencias de los miembros de la familia Pujol.
En declaraciones a RNE, Floriano ha recordado que Jordi Pujol, su esposa, Marta Ferrusola, y sus hijos Marta, Mireia y Pere estan citados a comparecer en el Parlamento autonómico el día 27 de marzo, por lo que "apuesta" porque las elecciones se celebrarán sobre esas mismas fechas, impidiendo así las comparecencias por la disolución de la Cámara autonómica.