Ha escrito un libro que casi podría ser una 'lista negra' de esas que se rumorea circulan por algunos despachos oficiales de dirigentes nacionalistas. ¿Es lo que pretendía?

Pues no. Yo solo quería hablar con treinta catalanes que estuvieran en contra de la independencia y a favor del proyecto común de todos los españoles. Si a algunos 'padres de la patria' les parece que es un compendio de 'malos catalanes' el problema es suyo, no mío. Diagnosticar paranoias no es mi oficio. Mi objetivo era dar ánimos a los catalanes no independentistas, porque los defensores del 'procés' venden su moto como si toda Cataluña estuviera con ellos. Y no es verdad. Es una de esas mentiras que intentan convertirla en verdad a base de repetirla. Por eso quería dar argumentos a los que, como yo, estamos por una Cataluña española. Y los entrevistados dan suficiente munición dialéctica para el combate de las ideas. Ya lo dice Anna Grau: "El ahogo catalanista me hizo ver España como una ventana de oportunidad y libertad". Podemos ganar y ganaremos, si no nos callamos y nos movilizamos.

El primer entrevistado que aparece en el libro es Albert Boadella. ¿Por qué?

No ha habido ningún criterio especial a la hora de ordenar los entrevistados, salvo en dos casos, el primero y el último. Por todos ellos cierto un respeto y una admiración especial, pero reconozco que por Boadella tengo una debilidad especial desde que descubrí a Els Joglars, cuando yo tenía dieciséis años, en un sketch que prepararon para un programa de Javier Gurruchaga en TVE. Aquel en el que desmontaba toda la simbología nacionalista en diez minutos. Ver a Jordi Pujol repartiendo billetes a los jugadores del Barça para que ganaran al Madrid y al mítico portero del Espanyol, Tommy N’Kono, disfrazado de Moreneta, me impactó. Boadella en cualquier Comunidad con un alto nivel de civilización sería una gloria por su aportación al teatro y a la cultura en general. No sé si una gloria 'nacional', pero sí alguien venerado por su aportación al espíritu crítico. Y casi no puede ni pasearse por Barcelona sin que le insulten. Por eso me da pena lo que estamos viviendo en Cataluña.

Hablaba también del último entrevistado...

Es Antonio Robles. Robles fue uno de los tres diputados autonómicos que cambiaron la historia de la resistencia al nacionalismo cuando entró junto con Albert Rivera y Pepe Domingo en el Parlament en las listas de Ciudadanos. Los tres debían estar en el libro, y por suerte así ha sido. Ese motivo, y el haber sido el autor de la auténtica enciclopedia que narra la lucha de los catalanes no nacionalistas hicieron que tuviera claro que debía ser la última entrevista.

Dos de los líderes de partidos constitucionalistas en Cataluña, Albert Rivera (Ciutadans) y Ramon de Veciana (UPyD) son entrevistados en el libro. Pero sorprende que falten líderes de otras formaciones no nacionalistas.

No es un libro de cuotas, no he buscado poner a unos o a otros en función de su adscripción política. De hecho me encanta que dirigentes tan destacados como Alberto Fernández Díaz, Xavier García Albiol o Joan Ferran me hayan hecho el favor de querer participar en este proyecto.

De acuerdo, hay entrevistados que militan en el PP y en el PSC. Pero sorprende no encontrar en sus páginas a Alicia Sánchez-Camacho o a Miquel Iceta.

A los dos que usted cita sí que lo intenté.

¿Y?

No lo sé, no hablé directamente con ellos, hice las peticiones al personal que tienen de apoyo. Supongo que sus agendas y la burocracia de los partidos igual traspapelaron las peticiones, y hubo un momento en que tuve que cerrar el libro para pasar a la fase de producción del mismo. Como ya le he dicho, no es un libro de cuotas partidistas, los treinta que son entrevistados creo que son suficientemente representativos de la sociedad catalana no nacionalista. Que personas como Sonia Sierra o Mercè Vilarrubias hablen de la educación, Pau Guix de la cultura, o María Jesús Cañizares o Carlos Losada de los medios de comunicación, es un lujo.

Una de las constantes a lo largo de las entrevistas son las referencias a Sociedad Civil Catalana, y de hecho tres de sus directivos, Josep Ramon Bosch, Joaquim Coll y José Domingo, son tres de los protagonistas. ¿Por qué?

Porque estoy convencido que Sociedad Civil Catalana es uno de los ejes para resistir la oleada independentista que estamos sufriendo en Cataluña. Su carácter transversal, su capacidad de integrar a personas de izquierdas, de derechas, de centro, federalistas, jacobinos y autonomistas le hace clave. Hay muchos otros colectivos de resistencia al nacionalismo, pero ninguno ha conseguido la importancia y los apoyos que SCC ha sabido ganarse.

¿Ha habido algún criterio para seleccionar a los entrevistados?

El principal es su apuesta por el proyecto común de todos los españoles, y el no ser partidarios de la independencia. Está claro que comencé con los que tenía más amistad, como José Miguel Villarroya, Jordi Cañas, Alberto Fernández, Julio Pardo o Tomás Guasch, porque el acceso me era más sencillo. Siempre da ánimos comenzar un libro con buen pie.

Encontrar a Tomás Guasch hablando de otra cosa que no sea deporte no es habitual...

Fue mi primera entrevista, la que decidió si hacía el libro o no. A Tomás le conozco hace muchos años, somos viejos luchadores para defender al R.C.D. Espanyol, y tuve el honor de trabajar con él en el As. Nunca habíamos hablado de política, pensaba que solo nos unían los colores blanquiazules, hasta estalló el 'procés'. Es una persona que está preocupada por este conflicto artificial que intenta enfrentar a los catalanes con el resto de españoles y desde el primer momento quiso formar parte del libro. Tras su entrevista recargué las pilas lo suficiente para ponerme manos a las obra. Le debo mucho.

Sorprende que un electo por Ciudadanos, como es el caso de Juan Carlos Girauta, le haya lanzado una flor a un dirigente de otro partido, en este caso Pere Navarro.

Sí, Girauta manifiesta su solidaridad con Navarro por intentar evitar la "mimetización" del PSC con el nacionalismo. Pero es que Juan Carlos es un teórico de primer orden, que sabe que para vencerlos hay que combatir en el terreno de las ideas, y que no hay que demonizar a nadie que esté por el combate, aunque políticamente no se esté en el mismo partido. Carina Mejías también hace una aportación interesante al pedir al resto de españoles empatía con la situación que estamos viviendo los catalanes no nacionalistas.

La nómina de 'televisivos' es notable...

Sí, además de Tomás Guasch también han querido aportar su testimonio profesionales de la talla de José María Gay de Liébana, Albert Castillón o Francisco Marhuenda. Pero he buscado un elenco muy plural, porque hay intelectuales de prestigio, como Félix Ovejero y Xavier Pericay, gente del mundo de la cultura, como Pau Guix, y personas que provienen de diferentes ámbitos sociales, como María Teresa Giménez Barbat, Nacho Julià y Julio Pardo, que ofrecen en libro su punto de vista sobre el 'procés' y sobre cómo podemos darle la vuelta a la situación. Por no hablar de usted, que aporta una reflexión muy interesante sobre el mundo comunicativo y político catalán.

Como cualquier obra no nacionalista, supongo que espera que la tarea de promoción y venta no sea fácil.

No lo será, pero cuento con el apoyo de CRÓNICA GLOBAL, que me habéis echado una mano para la venta on line, y aunque ciertas librerías nacionalistas no lo tendrán, por suerte sí que estará en los centros de El Corte Inglés. En el pasado ha costado distribuir libros que sean críticos con el independentismo, pero poco a poco vamos rompiendo el cerco. Supongo que en TV3 ni hablarán de él, pero tampoco espero mucho de unos medios de comunicación públicos que hace tiempo que no son plurales y que se han convertido en la versión catalana de la tele de Corea del Norte.