El independentismo no se queda satisfecho tras perder un referéndum. Al menos, no en el caso de Escocia. Y es que apenas tres meses después de que los escoceses dieran un claro 'no' a separarse del resto del Reino Unido, el ex ministro principal escocés y líder del nacionalista SNP, Alex Salmond, ya habla de celebrar un nuevo referéndum. Y en una fecha relativamente próxima, a partir de 2017.
En declaraciones al diario Herald Scotland, Salmond considera que, en el supuesto de que en 2017 se celebre el referéndum por la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea prometido recientemente por el primer ministro británico, el conservador David Cameron, y en el caso de que se produzca la combinación de una victoria de la salida de la UE en el conjunto de Gran Bretaña y de la permanencia en el club europeo en Escocia, esto significaría el "punto de inflexión" para la celebración de un nuevo referéndum independentista.
Había asegurado que era "una oportunidad en una generación"
Las declaraciones de Salmond contrastan extraordinariamente con sus palabras previas al referéndum, cuando explicó que este constituía "una oportunidad en una generación, tal vez incluso una oportunidad única para Escocia". Unas palabras parecidas a las del primer ministro británico el mismo día del referéndum, cuando, tras la victoria del 'no', advirtió de que el "debate" sobre la independencia de Escocia "ya ha quedado cerrado para toda una generación".
Sobre esta aparente contradicción, Salmond sostiene ahora que "por suerte en la vida, como en la política, la gente a veces tiene una segunda oportunidad". Y ha añadido un argumento 'de peso' para defender un nuevo referéndum: un trayecto en taxi. "Un taxista me dijo que había votado 'no' a la independencia, pero que lo haría diferente la próxima vez. Creo que ganaríamos si hubiera otro referéndum", afirma Salmond al rotativo escocés.
El precedente de Quebec
Si se produjera el segundo referéndum ansiado por Salmond, no sería la primera vez que esto sucede, con relativos pocos años de diferencia -menos de una generación- en un país del entorno occidental. Así, en Quebec (Canadá) se celebraron sendos referéndums independentistas en 1980 y 1995, ambos con victoria del 'no'.
En el primer referéndum quebequés, en 1980, el 'no' se impuso por un amplio margen, 59,6%, contra un 40,4% del 'sí'. En 1995, en cambio, el resultado fue extraordinariamente estrecho: 50,6% para el 'no', por 49,4% para el 'sí'.
Tras este segundo referéndum, celebrado con una ambigua pregunta, el Parlamento canadiense promulgó la denominada 'Ley de Claridad', que establece que cualquier nuevo referéndum independentista debe celebrarse con una pregunta "clara", y que se debe producir una victoria también "clara" del 'sí' para considerar que este era favorable a la secesión. Desde entonces, no se ha vuelto a celebrar un referéndum independentista en Quebec.