Horas antes de la conferencia de hoy martes de Artur Mas, un dirigente de CDC me dice: "La principal finalidad de la intervención del Presidente Mas es acorralar a ERC. Aparte de esto, el resto aun puede variar. Mas ha llevado a nuestro partido a una lucha sólo por su persona. Por desgracia, dentro del partido -y desgraciadamente- esto se acepta. No sabemos adonde vamos. Sólo sabemos quién es nuestro pastor".
A ERC no le hace falta esta manifestación ni tampoco leerme: lo sabe perfectamente. Por eso ha convocado asambleas territoriales del partido para el jueves y el viernes. Es lo mismo que llevó a cabo cuando un sector mayoritario de ERC decidió salir del Tripartito.
Asambleas territoriales de ERC
En efecto, las asambleas territoriales de ERC tienen los motores calentados. Calentados para ir contra Mas. En todo caso, se verá pronto. Aun así, seguro que no dirán automáticamente que sí a la propuesta de lista unitaria, encabezada por Mas.
Resulta obvio destacar que la actual llamarada independentista catalana no tiene un sentido de unión digamos nacional -en Francia se dice, sin temor a dar risa, "unión sagrada" (union sacrée)- sino de trifulca intestina de lo que también en Francia se llama, peyorativamente, "batalla de jefes" (bataille de chefs). Dicen que dar risa no mata.
Otra certeza o casi certeza consiste en creer que Mas no dará ninguna fecha concreta para llevar a cabo elecciones. La fuente me dice que nunca ha habido una, sino un abanico.
Filigrana personalista
Otra verdad es que la última filigrana de Mas -una lista personalista- está afectada por una encuesta según la cual la unión en una candidatura de CDC y ERC suma menos que las dos candidaturas yendo por separado. En todos los casos, el independentismo no llegaría a la mayoría absoluta pero se quedaría cerca.
La fuente me dice que Mas no prevé fichajes políticamente importantes. Me avanza los nombres del juez Santiago Vidal, del economista Carles Viver (el que, ay, osó afirmar que Cataluña no se quedaría fuera de Europa en caso de secesión), Lluís Llach y unos pocos más.
"Hasta la víspera del 9N -me dice la fuente- yo creía que al día siguiente Mas dimitiría. Pero ha pasado lo contrario, en parte porque hemos sabido 'vender' bien los hechos de aquel día mediante la prensa y la TV. Pero aquel día no parece que tenga que haber causado un efecto muy duradero."
Arrinconar los problemas reales
Todas las fuentes de CDC que he podido contactar (muy pocas y más bien disidentes) me dicen que les da miedo que Mas "vuelva a arrinconar los problemas reales, envuelto en la temática nacionalista".
También expresan mucho miedo ante el posible resultado de Podemos. Una fuente precisa: "Si este nuevo grupo tiene la fuerza que indican las encuestas, recibiremos de lo lindo. Mas lo está considerando seriamente. Ahora bien, nuestro abanico de posibilidades es un muy pequeño. Visto el calendario electoral general de 2015, creo que sólo puede convocar elecciones entre ahora y finales del primer trimestre o bien ya en 2016. Es lógico que Mas busque el momento que le sea más favorable, pero creo que se pasa y esto le puede hacer perder imagen. No tiene un calendario pensado en el país, sino en su persona y nada más. Como mínimo es muy triste".