El próximo martes, en su anunciada conferencia, Mas convocará elecciones anticipadas, a celebrar entre el 25 de enero y el 8 de marzo, en las que él encabezará una lista de CiU, según me informan separadamente dos altos dirigentes de CDC.
Manifiestan haber sido informados reservadamente por Francesc Homs. Pero también me recomiendan que tenga presente los muchos intentos de cambios electorales que ha protagonizado su partido, con el que son reservadamente críticos. En todo caso, esta era la verdad del martes, la sincrónica, como diría el padre de la Lingüística, Ferdinand de Saussure.
Me dicen las fuentes que Mas está seguro de que puede encabezar la candidatura con más posibilidades de obtener el mayor número de votos. Por eso las convocaría. Desharía un pretendido frente independentista de hecho -o de propaganda mediática- en base al cual el propio Mas llevó a cabo numerosos giros, de variado contenido. Mas ha llevado a cabo dos mandatos de dos años cada uno, con un balance de su gestión literalmente horrible. Ahora aspira a doblarlo. Sería un total de ocho espantosos años.
Descabezada la comisión de investigación
Por otro lado, también he podido averiguar que en varias áreas territoriales ya se trabaja en el sentido indicado. Además, fuentes parlamentarias, siempre de CDC, me informan de que "estamos convencidos de que la comisión sobre el fraude fiscal (el tema Pujol, pero con un utilitario ventilador 'urbi et orbe' delante) no llegará a reunirse porque sus funciones decaerán, por disolución del Parlamento autonómico".
Las fuentes indican que "hace tiempo que Mas ha decidido convocar elecciones autonómicas antes de las municipales, porque teme que estos sean más favorables a ERC. También había planificado una caída de la fuerza de ERC, que ahora resulta evidente pero ya frenada. Otro factor determinante han sido diversas encuestas efectuadas por teléfono por la misma CDC. Todas muestran que ahora CDC quedaría delante de ERC".
Encuestas coincidentes
Estas encuestas telefónicas son de una fiabilidad más bien moderada porque se efectúan con muestras pequeñas, predominando la rapidez. Ahora bien, en este caso, las de CDC coinciden bastante con otra encuesta publicada el pasado fin de semana por el diario La Razón.
Hay elementos indicando que el inesperado batacazo preelectoral recibido por ERC puede ser duradero. Al menos de un puñado de meses. Lo confirma la nula reacción de Oriol Junqueras, de quien, finalmente, se puede ver que no tiene temple de dirigente político ni, sobre todo, de gestor, ni cuenta con un equipo presentable. En efecto, la responsable de Salud en el Parlamento autonómico, Alba Vergés, es una ignorante de película de miedo, mientras que el responsable de Economía, Pedro Aragonés, no es mejor.
Junqueras, haciendo de llorón
Mas ha sido un pésimo gestor, pero ha mostrado tener más capacidad para no aparentarlo. Una de las fuentes informantes me dice: "La escena de llorón de Junqueras (en Catalunya Ràdio, pero grabada en vídeo y muy emitida) le ha hecho daño. Se veía que era comedia barata y de mal gusto".
Otro dato concordante con el imprevisto vendaval de euforia por parte de Mas es el inesperado silencio declarativo de la ANC y Òmnium. En el seno de dos entidades, en particular la ANC, tan favorables a ERC, habría hoy un cierto realismo (las 'pelas' de las subvenciones son las 'pelas') que haría desplazarlas hacia los brazos de Mas. En todo caso, es una obviedad comprobable que ambas entidades se están olvidando de reclamar, como hicieron durante mucho tiempo, una lista unitaria CDC-ERC. Callan mientras les planchan una nueva camisa.
Buscando a la llamada sociedad civil
Por lo que respecta a un entendimiento con el PSC, que permitiera aprobar un presupuesto para 2015 y frenar el independentismo, Mas ha hablado de ello, sin interés, a la cúpula de su partido. Pero las fuentes, siempre de CDC, me dicen que hubo un rechazo general. "Ha sido una trampa muy infantil por parte del PSC que se puede dar por finiquitada", me dice una de las fuentes. Me precisa que la hipótesis de Mas es una prórroga del presupuesto de 2014, usando antes el tema para estrujar un poco más a la ya estrujada ERC.
Un aspecto incierto sería la posibilidad de que Mas consiga atraer a su candidatura a personajes de lo que llaman la sociedad civil. En el pasado ya lo intentó, sin éxito. En cambio, por parte de UDC no habría ningún inconveniente en participar en la lista Mas, o "del presidente" o de CDC, o de CiU, ya que en la práctica informativa usarían todas estas denominaciones. El problema del distanciamiento entre CDC y UDC queda marginado a corto plazo, al no participar en esta candidatura ERC y, a la vez, abandonarse el tema de la "declaración unilateral de independencia" (DUI), tan propio de ERC y tan rechazado por UDC.
La candidatura de Mas trataría -o haría ver que trataría- de conseguir que el máximo número de otras candidaturas tuvieran un punto común en el programa electoral. Consistiría en que fuera el nuevo Parlamento autonómico el que declarara la independencia. Dentro de CDC ahora predomina que antes sería necesario que el propio Parlamento autonómico elaborara una Constitución catalana. O sea que sería aquello de ir tirando. Es un lema adecuado para Mas, definidor de su radical falta de gestión coherente, exceptuada la destrucción del Estado del bienestar.
La incógnita de Podemos
Por tanto, en una primera fase, todo dependería del resultado electoral, mayoritariamente independentista o mayoritariamente constitucionalista. Una de las fuentes me dice que "las cosas irían mano a mano". Le contesto que el 9N acreditó que no (sic) hay una mayoría independentista, que todo dependería de la participación y que (si no yerro) el Parlamento autonómico ya ha efectuado cuatro declaraciones de soberanismo puro y duro sin que pasara casi nada, jurídica o fácticamente.
Otro razonamiento expuesto por las fuentes consiste en que con unas elecciones anticipadas cuanto antes, resultaría que Podemos no tendría demasiado tiempo para estructurarse y prepararse. No es nada secundario, dado que la regla d'Hondt hace que la presencia de un nuevo partido, aunque con expectativa sólo discreta de voto, afectaría negativamente a los partidos más votados.
Otros aspectos del escenario de Mas
Queda bastante claro que, pese a romper con ERC, Mas perduraría en una política maximalista. Por tanto, el Gobierno Rajoy continuaría obrando como ahora, con el apoyo unánime del Tribunal Constitucional y, matizado, desde el PSOE. Por ello, Mas tiene en la cabeza un escenario lento, que pudiera llegar a las elecciones españolas de finales de 2015.
Cree o se imagina que podría haber un nuevo marco político español. A día de hoy esto parece política ficción. Ahora bien, no hay que olvidar que Mas ha resultado ser hábil en usar hipótesis poco serias para poder ir tirando.
Las fuentes me dicen que Mas no está preocupado -o no lo manifiesta- por una querella por los hechos del 9N. Cree que si se produjera lo podría aprovechar para su imagen de presunto mártir, aunque ahora ya ha dejado la careta de víctima para asumir la de Moisés triunfante. El mártir del independentismo ha pasado a ser un hoy enmudecido Junqueras.