Política

Mas pretende viajar a Escocia y el Español se apunta al "procès"

Comienza el curso con los exámenes finales. El lunes, oral de JPF ante el juez Ruz y, aún sin fecha, la comparecencia de su padre en el parque de la Ciudadela. Los gorilas están inquietos. ¿Irá Pujol?

14 septiembre, 2014 12:05

14 de septiembre, Exaltación de la Santa Cruz. Según el misal diario latino-español de 1952: "Celebramos el retorno de la Santa Cruz, recobrada del persa Cosroes por manos del emperador Heraclio, a su natural basílica del Santo Sepulcro". El introitus de la misa: "Nos autem gloriari oportet in Cruce Domini nostri Jesu Crhisti, in quo est salus, vita et resurrectio nostra per quem salvati et liberati sumus".

San Cereal, Santa Dominada, San General y San Materno.

El curso político comienza al revés. Primero la fiesta y ahora los exámenes finales. Mañana, oral a Jordi Pujol Ferrusola del coco Pablo Ruz, magistrado de la Audiencia Nacional. El temario es blanqueo de capitales y evasión fiscal. Mañana también, otro oral en el parlamento catalán. Entra en el examen toda la asignatura "Debate de política general". El 18, referéndum en Escocia (Artur Mas pretende viajar a Glasgow el jueves para espanto de Alex Salmond); el 19, ley de consultas, y entre el 19 y el 22, convocatoria de referéndum. Acto seguido, pero aún sin fecha, más controles. Sin salir del parlamento, Jordi Pujol i Soley se examina de honorabilidad, matemáticas, mnemotecnia, retórica y sofística. En realidad, Pujol ya tiene las preguntas del examen, por lo que quienes se examinan de verdad son los diputados del parlamento, todos. El president es un león herido cuyo único riesgo es menospreciar la capacidad de sus señorías catalanas, donde hay de todo, desde irregulares (David Fernàndez) hasta austracistas jaquetones, como Albert Rivera. Una bronca parlamentaria entre Jordi Pujol y Albert Rivera es un inédito de la política catalana que lo petaría en las redes y arrasaría Youtube. También puede resultar interesante, de producirse, una intervención de la popular Alicia Sánchez Camacho, que está en el vértice de una V que es un triángulo abierto. Sánchez Camacho tiene el mentón de acero, como Mas, pero boxea con la guardia alta y el hígado al aire. Pujol puede percutir en la historia de La Camarga, de acuerdo. Pero ese también es un terreno resbalizado para el "molt honorable", que no del todo honorable Pujol, a quien se le podrían agolpar los recuerdos familiares con una intensidad cortocircuitante. De ahí que tal vez sí sea una buena idea que Sánchez Camacho se exponga a una tunda en plan "usted no compareció por lo de Método 3, chincha y rabia" para después gozar de un turno de réplica que debería superar en contundencia la intervención de Montoro en el Congreso de los Diputados, donde el ministro de Hacienda fue más mordaz que eficaz.

Así que la gran cita no tiene fecha y es la presencia de Pujol en una de las escenas del crimen, en el parque de la Ciutadella. Rivera y Sánchez Camacho no habían nacido para la política cuando Pujol desde el balcón no se cogió un resfriado sino que contagió la gripe a media Cataluña. "A partir de ahora, de ética hablaremos nosotros", proclamó el padre de Banca Catalana en la primavera del 84, cuando el aparato de Estado felipista se cernía sobre una gestión financiera delirante, chapucera y fraudulenta. Allí, más o menos, comenzó el "règim", con el primer "pacto" de Estado de Pujol, el pacto del dentista se llamó.

Felipe González y Pujol acabaron la mar de amigos después de un par de años de sopesarse el receptáculo de la testosterona. Cómo será la cosa que Felipe González no cree que Jordi Pujol sea un corrupto y Jordi Pujol está convencido de que Felipe González fue un gran estadísta, el mejor que ha tenido España después de él. Ahora, Rivera y Camacho podrían decir que ha llegado su momento de hablar de ética, de moral y de unas cuantas cosas más, por lo que personas juiciosas y fuentes letradas insisten en que Pujol no irá al Parlament o se limitará a una comparecencia sin preguntas, en silencio y en actitud de respeto. O sea que tras la expectación vendrá la decepción, salvo que los abogados de Pujol no consigan domeñarlo e insista el president en estrangularse con sus propias manos.

Todo depende de lo que pase mañana en la Audiencia Nacional, de donde Jordi Pujol Ferrusola tiene ciertas garantías de salir por su propio pie, dure lo que dure el "trámite", que podría tener segunda vuelta el martes. Está preparado el dinero para la fianza y está descartado que se dicte un auto de prisión provisional sin fianza, que fue la receta que el antecesor de Ruz, Baltasar Garzón, le endiñó a Prenafeta y Alavedra cuando lo de Santa Coloma, el caso Pretoria.

Más política. Fútbol. Las aguas bajan revueltas en el Español (nos referimos al RCD Espanyol, que es una marca registrada) por la radicalización de su presidente, Joan Collet. Este periquito, que representa a la propiedad del club, es, al parecer, un ferviente admirador de Mas, del proceso, del separatismo y de la catalanización del Español, uno de los que quiso cambiarle el nombre por el de "Olímpic" aprovechando que se jugaba en el Lluís Companys, el estadio de Montjuïc.Y ahora pretende sumar el club al "Pacte del Dret a decidir". El otro día, en la ofrenda floral a la estatua (no a la de Victoria Álvarez, sino a la de Rafael Casanova) el presidente del Farsa, maldita errata, se abstuvo de cantar Els Segadors mientras que el tal Collet estuvo a punto de sufrir un accidente coronario de inflada que tenía la vena del cuello mientras gritaba "bon cop de falç".

Y más. Ayer se disputó el Barça-Athletic de Bilbao. Partido de Liga y cambio de uniformes. El conjunto azulgrana vistió los colores de la selección nacional del estado islámico de Qatar mientras que los jugadores del Bilbao cambiaron su indumentaria por la de la selección autonómica del País Vasco, con el patrocinio de una petrolera. El encuentro produjo el solaz de los barcelonistas congregados en el Camp Nou (al que están pensando en cambiar de nombre por el de Qatar Airways & Rafael Casanova Stadium). Hay una campaña para que en una de las etiquetas de las zamarras se ponga "F.C. Barcelona 1714-2014, trescents anys de lluita, el partit continua". Carles Vilarrubí, el que fuera chófer de Pujol en 1977 con su propio Seat 127 coupé sport bragation, está detrás del operativo y cuenta con la inestimable colaboración de Jaume Sobrequés, historiador catalán, socialista soberanista y gran barcelonista, que ha descubierto una vinculación entre La Coronela y el origen de los colores azulgranas que podría cambiar de raíz la historia del club, cuyo primer partido se habría llevado a cabo el 11 de septiembre de 1714. Se sabe que el equipo rival iba de blanco y que el Barça cayó con estrépito pero suma dignidad, en plan Malta. La Liga de Fútbol Profesional prohibió jugar al equipo hasta finales del siglo XIX.

Para acabar, los "sms" de Moragas y Victoria Álvarez han soliviantado al "alcalde que no tenemos", según la feliz expresión de Arturo San Agustín, hasta el punto de que pide que el secretario de Rajoy dimita por animar a una ciudadana a denunciar un delito. Asín de rara es la política en Cataluña. Trias, Xavier Trias se llama el "noi de Can Vies". Los empleados del zoo observan la inquietud de los gorilas y el deambular tenso de las fieras a medida que el calendario acerca las promesas de transparencia de Pujol al parlamento de al lado.