El presidente de la Generalidad, Artur Mas, reconoce en privado que no se celebrará el referéndum secesionista que promueve, junto a ERC, ICV-EUiA y la CUP, para el próximo 9 de noviembre.
Así lo asegura el periodista Salvador Sostres en un artículo publicado este viernes en El Mundo, en el que señala que el plan del dirigente nacionalista es tratar de agotar la legislatura:
"El primer fin de semana de agosto, el presidente Mas acudió, como cada verano desde hace cinco años, a cenar a la ostentosa mansión que Pilar Rahola tiene en Cadaqués. La novedad de esta vez es que se quedó a dormir, y a Rahola le faltaron megáfonos al día siguiente para contarlo. Durante la velada, Mas explicó que la consulta no va a celebrarse y que su plan es intentar agotar la legislatura y convocar elecciones en 2016 con carácter plebiscitario, aunque también prevé el escenario de que ERC no le fíe tan largo, en cuyo caso las adelantaría al mes de febrero de 2015".
Encontronazo entre Mas y Junqueras
Sostres también revela que Mas y el líder de ERC, Junqueras, socio parlamentario del primero, tuvieron un encontronazo por este motivo recientemente:
"El jueves de la semana pasada, Mas y Junqueras tuvieron una discreta reunión, que fue la que terminó peor de cuantas hasta la fecha han mantenido. Mas le explicó su plan B a Junqueras -ese plan B que en público siempre ha negado tener- y éste se sintió engañado por quien en diciembre le había prometido que forzaría hasta el final la celebración de la consulta. Junqueras piensa que es especialmente cínico que Mas rompa su compromiso con la excusa de la ilegalidad, pues desde el primer momento se sabía que, lógicamente, España no iba a ceder su soberanía y que la consulta sólo podría, puede y podrá celebrarse al margen de la ley. Si por ello había que rendirse, no merecía la pena ni haber empezado".
Preparando a la opinión pública para la no celebración de la consulta
En este escenario se enmarcarían las recientes declaraciones del consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila; del coordinador del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, Joan Rigol; y de la vicepresidenta de la Generalidad, Joana Ortega, quienes en los últimos días han coincidido en señalar que no se sacarán las urnas a la calle el 9 de noviembre en el probable caso de que el Tribunal Constitucional suspenda la consulta secesionista. "Cumplo órdenes del presidente", habría respondido Rigol a un periodista que le preguntó por el motido de esas declaraciones.
Sostres recuerda la lista de 23 temas a solucionar que Mas le planteó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el encuentro que ambos mantuvieron el pasado 30 de julio. El periodista apunta que esa lista "vendría a ser una avanzadilla de lo que se ha venido en llamar tercera vía".
¿Atreverse a una declaración unliateral después de no haber sacado las urnas?
El principal problema al que se enfrentaría Mas es lograr convencer a ERC de que no rompa el pacto que mantiene con CiU y poder terminar la legislatura para convocar las autonómicas de 2016 en clave plebiscitaria. La estrategia del presidente autonómico pasaría por forzar a ERC a entrar en el Gobierno autonómico para compartir el desgaste de los recortes y presentarse juntos a las plebiscitarias. Si Junqueras se negase, Mas le acusaría públicamente de no querer comprometerse en la gobernabilidad de Cataluña.
Sin embargo, Junqueras podría haber perdido la confianza en Mas. "Si Mas no ha sido capaz de saltarse la ley para celebrar la prometida consulta, ¿cómo se atreverá a algo mucho más grave como declarar unilateralmente la independencia de Cataluña? Si Mas no se ha atrevido a celebrar la consulta, con el amplio consenso institucional con que la consulta cuenta, ¿cómo va tener la osadía de proclamar unilateralmente la independencia con el único apoyo de ERC y, tal vez, la propina de la CUP?", se pregunta Sostres.