Orlando Bloom y Justin Bieber se enzarzaron en una pelea en el Cipriani de Ibiza, un restaurante de luxury. Paris Hilton también estaba. Las versiones resultan en extremo contradictorias. Bloom, de Piratas del Caribe, le habría lanzado un puñetazo al cantante de Ontario porque éste le puso los cuernos con Miranda Kerr, ex mujer del primero. Otras fuentes afirman que las faldas no han tenido nada que ver en la bronca patibularia, sino que la culpa fue del chachachá. El jefe de sala nos sopla que en realidad el desencuentro fue un breve intercambio de puños al aire y que Bloom y Bieber habían estado bebiendo y hablando sobre la entrevista en Moncloa entre Rajoy y Mas. Bieber es partidario del derecho a decidir mientras que Bloom considera que Asturias es España y todo lo demás, tierra conquistada.
En esas que el niñato de las baladas con acné le arrojó un pisco sour a la cara del pirata bueno de El Señor de los Anillos (debería estar preso por esa película), que respondió vertiendo el margarita sobre la cabeza de su oponente y destrozándole por completo el estilismo. A partir de ahí y según testigos presenciales comenzó un duelo definido unánimemente como una auténtica riña de gatas. Bieber huyó precipitadamente del local cuando notó en su mejilla el roce de uno de los anillacos de la mano izquierda de Bloom. Más tarde (Bieber, no Bloom) fue visto en un estado de avanzada intoxicación en el famoso Ciruelini, otro local ibicenco en el que pone discos un amigo de David Jeta, el famoso DJ. Ibiza es la leche. Todo es "crazy" y todo es "must".
Una recomendación: Pregunten en Formentera por el bar El Potorro, que sirve las mejores paellas del Mediterráneo. Te las suben a bordo del yate si hace falta. Rafael Anson, presidente de la Real Academia de Gastrónomos Simpas, se lo contará, o no, en la columna que le ha cedido Màrius Carol en el periódico del conde de Godó, que debe aspirar a un sillón en la citada asamblea de estómagos agradecidos. Se conoce que la grandeza de España le sabe a poco.
Total que Rajoy y Mas estuvieron ayer juntos desde las once de la mañana y por espacio de dos horas y cuarto. Hablaron de todo y de nada, pero no fumaron en el porche como cuando Zapatero y Mas, el mismo, caparon el rabo de la boina del último "Estatut". En la prensa soberana, El Punt y el Ara, jalean y celebran el hecho de que el único muy honorable de Convergència no se arredrara y le soltara a Rajoy a bocajarro que sin consulta no hay paraíso. Cruzaban el umbral cuando Mas ya estaba dando la matraca con la consulta, según las versiones indepes de la estéril "cumbre". Había que ver el lenguaje corporal de ambos, más tiesos que el portero de un futbolín. A su lado, Franco y Hitler en Hendaya estaban de parranda.
En la prensa de Madrid hay división de opiniones. El Abc y El Mundo (cuya fusión lleva meses siendo inminente) discrepan a lo Bieber y Bloom sobre el papel de Mas. En la cabecera monárquica, Mas ha rebajado un poco el tono, aunque persiste en la amenaza de tomar las calles con la Assemblea (ANC en adelante). En el diario de Casimiro G. Abadillo, Mas persiste en la amenaza, aunque haya rebajado un poco el tono.
Arcadi Espada (a diferencia de Enric Juliana, "desaparecido" en La Vanguardia, y con Jordi Barbeta aprendiendo a escribir correctamente "Guásinton") se vuelca con el encuentro y posa su mirada sobre la "admirable soltura" de Mas. Se exclama del "buen aspecto del muerto en vida", que es Mas y desgrana el zarrapastroso y lamentable estado con el que llegó a Moncloa y lo lustroso que aparecía en Blanquerna mientras un espontáneo vociferaba "¡Visca Espanya!" por las calles de Madrid. ¡Qué acojono! La ultraderecha en pleno, un payo asomando la gaita en la embajada catalana en Madrid. El caso es que recuerda Espada lo de Pujol, padre político, lo de Artur Mas, padre biológico que fuera titular de una cuenta en Liechtenstein (pronúnciese línchesten y escríbase como se pueda), lo de la sede embargada, la bancarrota del partido, la dimisión de Oriol, la fuga de Duran y la de votos... Y casi sale por la puerta grande.
En La Razón el titular sobre la reunión es definitivo: "No habrá consulta ilegal" y en la foto se ve perfectamente como Rajoy, con el dedo índice de la mano derecha señalando al cielo, le dice a Mas que lo ilegal es imposible y lo que es imposible no puede ser legal. O sea que no habrá consulta ilegal, lo que no quiere decir que Marhuenda atisbe la posibilidad de que se produzca una consulta legal, sino que pretende mostrar la firmeza de Rajoy a la par que el "conceto" de la ley. Ya se encuentra a disposición del público interesado una dramatización fidedigna de la reunión en Moncloa. Pinchen aquí.
El asunto mollar, lo importante no es la reunión en la Moncloa, sino el terremoto en Cataluña, la devastación moral, el crujido espritual provocado por La Confesión. A María Victoria Álvarez habría que dedicarle homenajes y transferirle todos los honores perdidos por Jordi Pujol. Hay que tener mucho valor y más coraje para vivir sin miedo y decir la verdad, que es exactamente lo que ha hecho esa mujer, un personaje imprescindible y sin el que no se entendería la caída del telón de "merda" y mentiras. De momento, los preferentistas no han reaccionado, aún están bajo el efecto del comunicado del viernes, pero cabe el riesgo de que la primavera catalana se quede en un tímido intento de abrir las ventanas y que corra el aire. Sabino Méndez, en La Razón, tuvo ayer los huevos de escribir que Cataluña es una región. De quitarse el sombrero. Y lo que no se diga ahora no contará en el futuro.
El optimismo es una actitud suicida, pero la ocasión es propicia. El autor intelectual de la Cataluña pacata, timorata, de tortell y partido del Barsa, encerrada en el trastero de Marta Ferrusola, ha confesado. Todo es mentira, todo era mentira. ¿Seguirá siendo mentira? Rajoy indultó ayer a Mas, que lo único que teme es que la justicia indague sobre el segundo de Pujol cuando se produjo el saqueo. Era él. Hubo otros antes y después, pero en medio estuvo Mas.
En la primavera catalana los detalles son excelsos. Maiol Roger nos deleita con el relato de la última vez que Pujol estuvo en una reunión de Convergència. Un texto impagable: "El 7 de julio hay reunión de la dirección de Convergència, encuentro al que Pujol va poco, y cada vez interviene menos. Habitualmente se limita a pedir que le repitan las cosas, su oído cada vez da para menos. Su hijo Oriol, invitado a la ejecutiva pese a estar apartado de sus cargos por su imputación, no acude el día 7 porque tiene visita al médico. Jordi Pujol se sienta al lado del presidente de la Generalidad, Artur Mas. En la mesa, el resumen de prensa. El azar, o un descuido, provoca que la primera página, bien visible, la ocupe la portada de El Mundo: "La familia Pujol ingresó 3,4 millones en un mes en un banco de Andorra". Para muchos dirigentes, una más en el reguero de noticias que hace meses rodean al clan, que no preocupan mientras se limiten al primogénito, Jordi Pujol Ferrusola. Pero no era una más. Pujol abandona rápidamente la reunión. Nadie comenta nada, porque el tema es tabú. A nadie le extrañó que se fuera, porque era lo habitual. Lo que no fue normal fue lo que vino después. Mas trata el tema con su mentor, y Pujol no puede responder. Tampoco Oriol Pujol tiene explicación. Contrasta la reacción con la que tuvieron cuando se publicó que tenían cuentas en Suiza. El expresidente, enfurecido, ordenó una querella y pidió turno en el siguiente mitin para gritar que todo era un ataque a Cataluña. Las cuentas en Andorra no tenían desmentido...".
En El País hablando bien de El Mundo... Si no triunfa la primavera catalana estamos perdidos.
31 de julio, San Ignacio.
Adviértase la santoral secuencia en el drama pujoliano. Del 7 de julio, San Fermín, al 25 de julio, Santiago, patrón de España.
El Abc, por cierto, aún no le ha retirado a Pujol el título que le concedió Anson, Luis María, de "español del año" 1989. Hay un fuerte debate interno en la centenaria cabecera con partidarios de no hacer más leña del árbol caído.