Política
Barraycoa: "La crisis del bipartidismo y las tensiones separatistas han precipitado la abdicación de Don Juan Carlos"
Javier Barraycoa publica nuevo libro. En 'Doble abdicación. Juan Carlos I: ¿El hacedor de la III República?', el profesor repasa las claves de la reciente historia de España a través de la figura de Don Juan Carlos de Borbón, su abdicación y el futuro de la Corona. Avanza algunas de ellas en una entrevista para CRÓNICA GLOBAL.
31 julio, 2014 11:19Javier Barraycoa publica Doble abdicación. Juan Carlos I: ¿El hacedor de la III República? (Stella Maris, 2014). En este ensayo, el profesor repasa las claves de la reciente historia de España a través de la figura de Don Juan Carlos de Borbón, su abdicación y el futuro de la Corona. La obra es ágil y provocadora ya que expresa abiertamente lo que durante muchos años sólo se comentaba en privado. En una entrevista para CRÓNICA GLOBAL avanza algunas de estas claves.
¿Una abdicación preparada o precipitada?
Evidentemente precipitada e incluso obligada. Don Juan Carlos no tenía ningunas ganas de abdicar pero las circunstancias mandaban. Varios hechos significativos nos lo muestran. El anuncio se produjo cuando ni Don Felipe ni parte de la familia real estaban en España. Meses antes el monarca había comunicado su decisión de no dimitir y, para colmo, ni siquiera asistió a la ceremonia de coronación ante el parlamento. Inimaginable para toda la prensa europea. Pero aquí el evento ha pasado a toda velocidad, no se ha dejado siquiera madurar a la opinión pública...
¿Por qué?
Por el miedo a que se replanteara la república y las calles se llenaran de banderas. Los partidos radicales de izquierda apenas tuvieron tiempo de reaccionar. Europa y Estados Unidos tienen terror a que la inestabilidad política se instale en Europa. Nos estamos jugando la hegemonía de occidente, de ahí que la abdicación (contra voluntad) es un intento de reforzar un sistema constitucional para evitar que se produzca un efecto dominó, especialmente en un avance de las izquierdas radicales y de los movimientos separatistas.
Entonces, ¿alguien "obligó" a Don Juan Carlos a abdicar?
El Confidencial avisaba de que un día antes la reunión anual del Club Bilderberg había solicitado a Doña Sofía que transmitiera la necesidad de esa abdicación. En Europa hay poderes fácticos muy potentes y mucho en juego, los gobernantes y jefes de Estado cada vez cuentan menos.
Si es cierto lo que dice, ¿qué precipitó la decisión?
En primer lugar, en los últimos meses, por primera vez tras el 23-F la Monarquía suspendía en las encuestas populares. Entonces saltaron las alarmas. La cacería de elefantes, el asunto Corina, nunca antes hubiera salido en prensa. Ahora un pacto de silencio con la prensa parecía estar quebrándose. Además, las elecciones europeas y la irrupción inesperada de Podemos, avisaron a los expertos de la muerte del bipartidismo. A ello se unía la "jubilación" de Rubalcaba y, por tanto, del pacto de la Corona con el viejo PSOE. Ante la inestabilidad política que se nos viene encima y las tensiones separatistas, el Estado necesita una Jefatura del Estado reformada.
¿Qué pacto?
Durante la transición la izquierda "agradeció" los servicios prestados comprometiéndose a no poner en duda la Monarquía, a pesar de que tanto como el PSOE como el PCE en sus programas pedían la república. Don Juan Carlos siempre se sintió mejor con las izquierdas que con las derechas. Quería separarse como fuera de su relación con el franquismo que le había permitido el acceso al trono. Todo el mundo, políticos, periodistas, poderes económicos realizaron un gigantesca performance para hacer ver que la legitimidad de Juan Carlos venía de su popularidad (tras el 23-F) y que no era la continuación legal del franquismo (por la Ley de Sucesión de 1947).
¿Y eso era importante?
Mucho. Este disimulo colectivo nos ha llevado a las contradicciones que vivimos.
Explíquese
Si la legitimidad de Juan Carlos no viene de Franco, y tampoco de su padre, con el que rompió, entonces de dónde viene. Si es del régimen anterior al franquismo vendría de la República, y si es posterior se debería a una popularidad ya perdida. Un caso significativo es la "restauración" monárquica de la Generalidad. No se fundó una nueva Generalidad, sino que explícitamente se dijo que se restauraba la vieja Generalidad, esto es, la republicana. No es de extrañar que ahora muchos reivindiquen lo mismo que Macià o Companys. En definitiva, estamos en una extraña situación de "República coronada". La función de "unidad" que tenía la Monarquía parece incapaz de cumplirla actualmente. Esto lo tendrá que aplicar Don Felipe, con una institución manchada por la corrupción, y una consorte que no consigue ganarse las simpatías de la sociedad.
¿Se puede pronosticar el futuro de la Monarquía y de España?
No del todo, pero sí es lícito lanzar hipótesis, que es lo que realizo en el libro. Don Felipe va a vivir una situación de muchas presiones: gobiernos muy inestables, la emergencia ante el problema separatista de la petición de una "tercera vía" que implique una reforma constitucional. Ahí veremos realmente su consistencia política. La reforma de la Constitución implica abrir un melón que nadie sabe cómo acabará. Una monarquía constitucional federal, puede ser el precedente legal de una República federal.
¿Y cuál es el problema?
Revisemos la historia. Las dos repúblicas españolas se hundieron por la deslealtad de aquellos republicanos que decían defender la unidad de España y utilizaron la excusa federal para desintegrarla. No creo que ahora los nacionalistas sean leales para con una reforma institucional. Apoyarán todo lo que pueda servir de instrumento para sus fines, pero no serán leales a sus promesas. Nunca lo han sido.
¿Y qué podemos concluir?
El libro pretende dar claves para que cada lector entrevea el futuro. Pero doy una pista: paradójicamente, Don Felipe se casó con una republicana.