La media anual de la inversión per cápita de la Administración General del Estado en infraestructuras en Cataluña entre 2004 y 2014 se sitúa por encima de la media nacional. Así lo recoge un informe publicado este jueves por la Cámara de Comercio de Barcelona, titulado 'Criterios de distribución de la inversión en infraestructuras del Estado'.
En concreto, el Gobierno y sus empresas (Aena, Renfe, Puertos del Estado, etc.) invirtieron en infraestructuras en Cataluña 241 euros por habitante y año entre 2004 y 2014, mientras que la media nacional fue de 238 euros. Esto la sitúa en la 7ª posición de las 17 CCAA.
Muy por encima de Valencia, Madrid y Andalucía
De hecho, las únicas CCAA que registraron una inversión media per cápita mayor que la de Cataluña durante ese período tienen una densidad de población mucho menor (Castilla-La Mancha, Asturias, Galicia, Castilla y León, Aragón y Cantabria), un dato fundamental a la hora de comparar este ratio.
Por debajo de Cataluña se situaron CCAA como Extremadura (233 euros anuales per cápita), Comunidad Valenciana (206 euros), Andalucía (200), La Rioja (175), Comunidad de Madrid (174), Canarias (138), Baleares (115), País Vasco (114), Murcia (112) y Navarra (34).
La Cámara de Comercio destaca un dato no significativo
Sin embargo, y a pesar de que este dato rebate cualquier posible acusación de una supuesta discriminación contra Cataluña en el reparto de las inversiones en infraestructuras, la Cámara de Comercio ha presentado su informe mediante una nota de prensa cuyo titular trata de dar a entender todo lo contrario: "La inversión del Grupo Fomento en Cataluña se ha desplomado un 50% entre 2004 y 2014, el doble que en el conjunto de CCAA".
El titular ofrecido -y reproducido automáticamente por diversas agencias y diarios- se trata de un dato que no es significativo, puesto que solo compara la inversión realizada un año (2004) con la prevista para otro año (2014), pero no tiene en consideración los intermedios.
Según el criterio de la Cámara, Madrid sería la más perjudicada
Esta cuestión es especialmente sangrante, puesto que todos los años desde 2004 y 2010 la inversión per cápita en Cataluña estuvo por encima de la media nacional (en dos ocasiones, con cerca de 50 euros por habitante más), y solo en los últimos cuatro años se ha situado por debajo de la media.
Además, la nota de prensa no destaca que, utilizando el mismo criterio (es decir, comparando la inversión de 2004 con la de 2014) otras tres CCAA han sufrido una reducción porcentual mayor que la de Cataluña: Aragón (-60%), Castilla-La Mancha (-72%) y la Comunidad de Madrid (-80%). Además, Asturias ha sufrido una caída similar (-50%), la Comunidad Valenciana una reducción del 33%, y Baleares una caída del 31%.
El AVE distorsiona la comparativa escogida arbitrariamente por la Cámara
El informe sí reconoce que la diferencia de inversiones relativas entre el período 2004-2009 respecto al 2009-2014 estriba en que en el primer caso tuvieron lugar dos grandes proyectos en Cataluña: las obras de construcción del AVE y la ampliación del Aeropuerto de Barcelona.
Se trata de dos proyectos que distorsionan la comparativa 2004-2014, una distorsión que se agudiza por el hecho de que en los últimos años la mayoría de las líneas de construcción transcurren -obviamente- por las CCAA cuya inversión en 2014 más ha crecido respecto a la registrada en 2004 (como por ejemplo, Castilla y León, País Vasco y Galicia).
Objetivo: generar una sensación de agravio en la opinión pública catalana
De igual forma, la nota de prensa de la Cámara de Comercio destaca que "en relación al tráfico de mercancías y de pasajeros, la inversión del Estado español en carreteras y ferrocarril en Cataluña es insuficiente", pero no hace ninguna mención a que, en la mayoría de los años analizados, la inversión en aeropuertos y puertos catalanes ha sido muy superior respecto al tráfico generado.
Lo cierto es que, a pesar de que los datos demuestran lo contrario, la Cámara de Comercio ha conseguido generar el efecto que parecía pretender: trasladar a la opinión pública catalana una sensación de agravio respecto de otras CCAA.