Si hoy es lunes, las cuentas del clan Pujol salen en la primera página de El Mundo. La última entrega de la tribu de los Brady catalana es la convulsa actividad registrada en las cuentas de la familia en Andorra. El periodista Fernando Lázaro asume la información y apunta: "La familia Pujol. Dinero y Andorra. Este cóctel de términos aparece cada vez más perfectamente combinado. Las investigaciones iniciadas tras las denuncias realizadas por Victoria Álvarez, ex novia de Jordi Pujol Ferrusola –hijo mayor del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol–, no tienen fin y siguen aportando datos sorprendentes. (...) Este diario ha tenido acceso a informes que relacionan cuentas en el país andorrano con miembros de la familia Pujol que hasta ahora no estaban relacionados con las investigaciones en el Principado. Según estos informes, al menos hasta 2011 Marta Ferrusola (esposa de Jordi Pujol) y sus hijos Marta, Mireia, Pere y Oleguer contaban con cuentas en la Banca Privada de Andorra. En ellas hicieron hasta 11 ingresos en un solo mes, en las Navidades de 2010, por valor de 3,4 millones de euros".
El "president" por excelencia, hombre austero, sobrio y contenido. Jamás le importó el dinero, pregonaban los periódicos. De entre todos los defectos, ese no estaba. Pujol podía ser soberbio, cortante, envarado, paternalista y despótico, pero en lo de la caja no entraba. Él no. El Mundo editorializa al respecto bajo el titular "Una fortuna de origen incierto que afecta a toda la familia Pujol" y sostiene: "Hasta ahora la familia Pujol se ha empecinado en negar la mayor, alegando que se les atribuyen cuentas en el extranjero de titulares de apellido homónimo, pretextando complots, e incluso interponiendo una denuncia contra este periódico que fue archivada. Pero los resultados de las investigaciones policiales son tozudos y requieren una explicación pública. Sin dudar del buen ojo empresarial de los hijos, es absurdo atribuir el origen de la fortuna amasada por los Pujol al sueldo -tasado en los presupuestos autonómicos- de quien ha sido 23 años primera autoridad de la Generalitat, o a la floristería de la que es copropietaria Marta Ferrusola. Las investigaciones y denuncias por corrupción han tenido su correlato en la sombra del nepotismo, pues todo la familia se ha beneficiado de concursos públicos. Es hora de que den explicaciones. El primer interesado en pedírselas debería ser Artur Mas: como presidente de la Generalitat y también como líder de CiU".
¿Explicaciones? Sí, hombre. El género editorial no deja de tener un punto de ingenuidad, una inquebrantable fe en la condición humana, en la capacidad para rectificar y obrar rectamente.
Como no es previsible ni que Pujol se explique ni que Mas se lo pida, habrá que esperar al cierre de las investigaciones del juez Pablo Ruz, de la Audiencia Nacional, así como al resultado de las imputaciones que pesan sobre Oriol Pujol, el "hereu" político. En cualquier caso, el efecto del edificante caso de la prosperidad de la familia Pujol es dudoso, toda vez que las consecuencias prácticas de las investigaciones pueden ser nulas o ningunas. Podría parecer una más y de hecho, es una más. Otro nivel, eso sí. Nada que ver con el vulgar choriceo en la Federación de "Municipis", dietas de hambre en comparación con el poderío pujolista, en cuyo relato hay testaferros, testarossas (el Ferrari), terminales argentinas, bancos andorranos, cuentas suizas y viajes a Gabón. Se habla ya del tesoro de los Pujol. La colección de coches deportivos de lujo del primogénito no tiene nada que envidiar a la del hijo díscolo y derrochador del sultán de Brunei.
En la política, la imagen es Rajoy con Aznar, en el campus de la FAES. Es una escena de reconciliación, hermanamiento y buena educación. De todas maneras, Aznar porta corbata y Rajoy, no, lo que es un indicio de que se coincide en los mensajes, pero no en los acentos. Lo propio en el trato entre dos colegas cuando sólo uno está en pleno ejercicio, que es a quien se puede permitir no llevar corbata, ni móvil ni cartera. Por eso es el presidente del Gobierno. La conclusión es que Rajoy reclama al que sustituya a Rubalcaba en el PSOE que mantenga la línea contraria al soberanismo, cosa que será harto difícil por la propia dinámica de los relevos partidistas.
Este asunto manda en las portadas del Ara, La Vanguardia, El Periódico y El País. En La Razón, en cambio, se descuelgan con el titular de que "CiU apoyará la mezquita si los musulmanes dicen sí a la consulta". Firma la información desde Madrid Rubén Cruz, quien resalta que líderes religiosos han revelado la oferta nacionalista y que son más de cien los musulmanes con derecho a voto a Cataluña.
El turismo interesa. Dos editoriales dos le dedica La Vanguardia, el mismo día y en la misma página. El primero se titula "Otra excelente temporada turística". Y el de abajo, "Contener el turismo en la Boquería". Pues eso, que a favor, pero, y en contra, aunque. En lo que no se anda por las ramas el diario de Godó es en lo de los pormenores de la boda del consejero autonómico Santi Vila. Dado el buen rollo con la ministra de Fomento, Ana Pastor, la dirigente popular acudió a la ceremonia y posterior sarao acompañada de su marido, que se convirtió, según "La mirilla", en protagonista involuntario. Se le alivió encima un pajarillo, que es como tan típico en las bodas... Total que se le tomó con humor y dijo: "Espero que no haya sido una gaviota", el simbolo del PP. Si se hubiera tratado de un palmípedo termina en urgencias.
Más turismo. Concentración de motoristas de Harley Davidson en Barcelona. Cifras contradictorias, de doce mil a veinticinco mil artefactos juntos cuya característica esencial es el ruido, tan singular que está registrado. Sólo los motores Harley suenan así. Así de mal y así de alto. Como en Barcelona no manda nadie y todo está a la espera de que asuma la vara de alcalde Ada Colau, los moteros se adueñaron de Barcelona durante el fin de semana, aunque ya nada es como antes, esas motos valen un dineral y sus conductores son ciudadanos de orden. De orden, pero seducidos en su tiempo libre por el culto a una barbarie de un exhibicionismo atroz y potencialmente mucho más peligrosa que las bicicletas. Sin embargo, se trató de una reunión familiar, cívica y festiva. Como todas. "Sólo" hicieron ruido, pero se tomaron muchos cafés y refrescos, lo que lo justifica todo.
El colmo del turismo. Si hay algo peor que una convención de motociclistas de una marca concreta son, sin ningún género de dudas, los sanfermines de Pamplona. Este año, el empeño de las "autoridades" es que remitan los abusos contra las mujeres. Ojo. Ahora resulta que el problema no sólo está en la India o en la plaza Tahir, sino que abusar de las mujeres es moda en la plaza del Castillo, como tomar sales de baño caníbales en Ibiza. Es tan alucinante como el "mamading" del que habla Joaquín Luna en su artículo de La Vanguardia: "No entiendo, por ejemplo, el rasgarse las vestiduras porque en un bar guiri de Magaluf hicieran del sexo oral una fiesta y que nadie haya abierto la boca en Barcelona por la juerga gay del 6 de junio centrada en una sucesión de mamadas. Aconteció en el antiguo teatro Barcelona, derribado bajo compromiso municipal de crear un espacio cultural..."
Es la última moda, como para abrir boca antes de las copas.
7 de julio. Llueve en Barcelona. Tal vez sí que está cambiando el clima. A mejor en las ciudades. En el campo, todo esto es un auténtico caos. San Fermín y San Odón