El director general de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, ha presentado este martes por la tarde su dimisión, según ha explicado en una comparecencia ante la prensa convocada de urgencia, y en la cual no ha admitido preguntas. La figura de Prat ha sido muy controvertida en los últimos meses, a raíz de algunas polémicas intervenciones de la policía autonómica, y la oposición ha estado pidiendo su cabeza desde el otoño. Últimamente, incluso ERC, el aliado externo del Gobierno autonómico de CiU, ha cuestionado la continuidad de Prat.
Prat, que ha leído un comunicado en la comisaría de los Mossos del barrio de Les Corts, en Barcelona, ha sostenido que su dimisión responde a motivos estrictamente personales. Sin embargo, Prat lo deja justamente el día en que se ha conocido que el pleno del Parlamento autonómico de este miércoles iba a debatir su reprobación, después de que ICV-EUiA -la formación que más enconadamente ha pedido su cabeza- presentara una moción en este sentido.
Esta reprobación, de producirse, habría sido simbólica, en forma de petición al Gobierno autonómico. Pero muy significativa, y un golpe para CiU. Además, habría presentado problemas también a sus aliados de ERC, que ya salvaron a Prat en noviembre, cuando ayudaron a CiU a bloquear su reprobación a cambio de prohibir a los Mossos el uso de pelotas de goma. Y que ahora tendrían que haber decidido, primero, si daban luz verde a la moción de ICV -aunque habría sido suficiente con que lo hiciera C's, que también ha pedido la cabeza de Prat en alguna ocasión- y, después, si volvían a salvar a Prat. La dimisión elimina de raíz todas estas dudas tácticas.
El 'caso Quintana', el detonante
De hecho, estos proyectiles son los que, según todo hace indicar, han supuesto el final de Prat. La moción de los ecosocialistas -y otras críticas a Prat- pedían su cese por la gestión del caso Quintana, la mujer que perdió un ojo en la manifestación general de noviembre de 2012, presuntamente por el impacto de una pelota de goma disparada por un mosso. El caso está en los juzgados, con dos agentes imputados, y el juez ha manifestado que da veracidad a la versión de Quintana.
Aún así, Prat ha negado cualquier relación entre este caso y su dimisión. "Sobre el caso Quintana, dije y lo vuelvo a dejar claro públicamente que, si en algún momento aparecía una prueba fehaciente que demostrara que la lesión había sido provocada por una pelota de goma, me marcharía inmediatamente. Y no estamos en esta situación, y no me marcho por este motivo", ha afirmado. "No he faltado nunca a mi palabra ni a mi compromiso", ha concluido.
Además del caso Quintana, otras intervenciones de los Mossos han llenado de sombras la gestión de Prat. Muy concretamente, las tres detenciones con resultado de muerte del detenido de los últimos meses: en octubre, la del empresario Juan Andrés Benítez, por la cual hay una decena de agentes imputados; más recientemente, la del actor Alfonso Bayard, en Barcelona, y la de otro ciudadano en Salou (Tarragona). Estas dos últimas muertes se produjeron con pocas horas de diferencia.